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martes, 31 de julio de 2018

¿Estás enfermo de ocio?

Por Aisha

No existe el concepto asociado a un diagnóstico médico pero en la práctica habitual en las consultas se reciben personas que padecen angustia, ansiedad y depresión por no saber qué hacer en su tiempo libre y permanecen entonces vinculados al trabajo. No es un trastorno como tal pero la llamada enfermedad del ocio presenta un conjunto de síntomas psicosomáticos que inciden negativamente en la salud y calidad de vida de las personas.

Contrario a lo que sucede con la mayoría de las personas, para algunos las vacaciones o los fines de semana son un motivo de estrés y preocupaciones pues están acostumbrados, y así lo prefieren, a ocuparse de asuntos de trabajo todo el tiempo.

Tan solo con pensar en ese tiempo de ocio, de disfrute, de no hacer nada, entonces se genera en ellos trastornos del sueño, fácil enojo, depresión y su organismo emite señales con vómito, fiebre, diarrea o gripe.

Sin duda, los psicólogos refieren que esta enfermedad del ocio puede vincularse con los diferentes tipos de personalidad que existen. De manera particular se asocia con personas obsesivas y perfeccionistas (personalidad tipo A), con aquellos preocupados tener el control de todas sus acciones…Es lógico, pues a estas personas les alegra tener todo previsto y planificado, lo que surja de manera espontánea los incomoda.

¿Qué pasa entonces con estas personas cuando se jubilan? Su dinámica de vida se altera y son muy propensos al suicidio o a adoptar conductas adictivas. Prevenir esta enfermedad del ocio es muy complejo porque en los ámbitos laborales se aplaude esa adicción al trabajo. Sin embargo, debemos aprender a equilibrar las actividades entre el trabajo, la familia, los amigos y la recreación.

Cuando se trata de adolescentes y jóvenes la preocupación salta cuando se les quita el teléfono celular o los videojuegos. Están tan adaptados a que su vida gire en torno a esos dispositivos que no tenerlos se les convierte en un problema porque sienten que les sobra el tiempo, que no tienen nada más que hacer.