El deporte estadounidense hinca la rodilla contra Trump
Donald Trump ha puesto de cabezas el deporte profesional de Estados Unidos y, de paso, los atletas de las grandes ligas del país norteño han respondido a las provocaciones del mandatario, quien desde el pasado viernes criticó la postura de los jugadores de fútbol americano de la NFL al no ponerse de pie para entonar las notas del himno. Por si fuera poco, y sin que viniera demasiado al caso, Trump retiró la tradicional invitación de la Casa Blanca a los campeones de la NBA, a lo cual los Golden State Warriors y su estrellar, el base Stephen Curry, respondieron enérgicamente con una declaración de puro civismo.
En Alabama, el presidente de los Estados Unidos dijo que la NFL debería aliarse con el gobierno y castigar a los jugadores que hincaran la rodilla mientras se escuchan el himno de la nación antes de comenzar los partidos, pues de mantenerse esta oleada de protestas, la liga perdería fanáticos y ratings de audiencia, algo que cuesta un poco creer en un deporte que reúne anualmente a millones de personas entre asistencia a los estadios y transmisiones de televisión. No obstante, Trump aseguró en su cuenta de Twitter que los índices de popularidad de la NFL han bajado dramáticamente en el inicio de la presente temporada, y propuso a los fanáticos de la disciplina que dejaran de asistir a los estadios, mientras sugirió a los dirigentes de la liga despedir o suspender a los jugadores que incurran en las acciones mencionadas.
La manifestación de hincar la rodilla cuando suena el himno norteamericano no es un fenómeno naciente ni exclusivo de esta campaña, pues ya el pasado año el afroamericano Colin Kaepernick lo puso en práctica y se convirtió en el foco de atención antes de los partidos de los San Francisco 49ers. A Kaepernick se han sumado en la iniciativa decenas de jugadores en esta temporada, incluidos una veintena durante el duelo que enfrentó a los Baltimore Ravens y Jacksonville Jaguars en Wembley, Londres. Otros muchos miembros de los equipos de la liga no se han arrodillado, pero han unido sus brazos y los han colocado en los hombros de los que están en el suelo en señal de apoyo.
Dicha manifestación ha sido criticada por otros jugadores, como el ala defensiva de los Denver Broncos, Derek Wolfe, quien consideró una falta de respeto a los hombres que murieron en la guerra y sacrificaron sus vidas por la libertad de Estados Unidos. No obstante, el propio Wolfe explicó que cada cual tiene el derecho de expresar su sentir y protestar si así lo considera conveniente.
El fenómeno se ha extendido más allá de la NFL, porque en las Ligas Mayores de Béisbol (MLB) ya se pudo ver también este fin de semana, específicamente en Oakland, donde el receptor Bruce Maxwell se arrodilló mientras se entonaba el himno en choque de los Athletics contra los Rangers de Texas. Bol Melvin, mentor de la novena californiana, señaló la valentía de su pupilo, quien tuvo mucho coraje para arrodillarse en un momento en que todos los focos se iban a concentrar en él. Maxwell ha sido reportado como el primer pelotero de MLB que hinca su rodilla en apoyo a los jugadores de la NFL, sin dudas una muestra de que la manifestación se expande poco a poco. Otro que respaldó la posición del máscara de Oakland fue el estelar basquetbolista Kevin Durant, MVP de las Finales de la NBA hace solo unos meses. El campeón de los Warriors dijo que Maxwell estaba defendiendo algo grande, por lo que “todos lo respetamos, apoyamos apreciamos”.
Durant y toda la franquicia de Golden State han estado también en la mira durante las últimas jornadas, luego de que el presidente Trump retirara la invitación a los campeones de la NBA a la Casa Blanca. El jueves, Stephen Curry había señalado su deseo de no asistir a la cita en febrero próximo, decisión que, probablemente, tomó fuerza luego del ofensivo e imperialista discurso del mandatario en las Naciones Unidas el miércoles. “No apoyamos básicamente lo que nuestro Presidente hace, las cosas que ha dicho y las cosas que no ha dicho en los momentos correctos, nosotros no vamos a defenderlo”, aseguró Curry, quien no tardó en obtener una respuesta desde Washington.
“Ir a la Casa Blanca es considerado un gran honor para un equipo campeón. Stephen Curry está dudando, ¡así que la invitación está rescindida!”, escribió Trump en Twitter, colocándose de nuevo en el ojo del huracán, pero en este caso con los jugadores de la NBA como protagonistas. Lebron James, rival directo de Curry y derrotado en la final de la anterior contienda por los Warriors, espetó que ir a la Casa Blanca era un honor hasta que llegó Trump, mientras la leyenda Kobe Bryant fue más claro: "Un presidente cuyo nombre solo causa división y enojo. Cuyas palabras inspiran disensión y odio, no puede hacer "América Grande Otra Vez”. Curry agradeció a sus compañeros de la liga por los mensajes de apoyo y dijo que “eso no es lo que hacen los líderes”, en alusión a la decisión de Trump.
