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miércoles, 13 de septiembre de 2017

Historias Newsgur: la Premio Nobel que permite una limpieza étnica

Por Internacional Newsgur

Aung San Suu Kyi es la segunda en el gobierno de Birmania. Habría sido presidenta, pero como sus hijos tienen doble nacionalidad británica y la legislación lo prohíbe, fue un íntimo amigo suyo el encargado de liderar el país. Suu Kyi también es Premio Nobel de la Paz, pero a pesar de todo, no consigue establecerla en su país, más bien lo contrario. Las aldeas arden, y la minoría rohingya se va: en tan solo dos semanas más de 800.000 personas han tenido que escapar de Birmania, nación que consideraban su propio país.

Pero, sin embargo, esta minoría musulmana no tiene los derechos garantizados entre el pueblo birmano, de mayoría budista. Son descendientes de inmigrantes bangladeshíes, y no los quieren ni en el país de sus antepasados ni en el que llegaron. No tienen acceso ni a la educación ni a la sanidad, no se les permite tener propiedades ni la ciudadanía, lo que dificulta sus probabilidades de encontrar un trabajo. Tan coartada está su libertad que necesitan incluso permiso para casarse y para poder viajar dentro y fuera de las fronteras.

Los rohingya han empezado a hablar de masacres y fosas comunes, pero el gobierno siempre ha negado las acusaciones. Mientras tanto, han colocado minas antipersona en la frontera con Bangladesh y han quemado las casas y aldeas rohingya para evitar que estos tengan ganas de volver. En caso de que quisieran, tendrían que demostrar haber residido allí, pero sin documento que demuestre su ciudadanía y las aldeas fantasma, lo tienen complicado.

Se calcula que hasta ahora han muerto más de un millar de personas, y se habla incluso de limpieza étnica. ¿Cómo debería actuar la comunidad internacional ante la pasividad de una Premio Nobel de la Paz?