Portugal sale a flote
Las últimas noticias recibidas desde Europa en materia de economía son, en general, halagadoras. Portugal, una de las economías más golpeadas durante la crisis, muestra que con la adopción de medidas bien pensadas es posible sobreponerse al déficit excesivo. Desde el 2014 el desempleo comenzó a reducirse y hoy, si bien no se encuentra en el nivel óptimo, al menos se mantiene en una cifra (rondando el 9.8%). Portugal es otro ejemplo del fracaso de la troica europea. La solución no está en recortar, sino en inyectar capitales frescos en las esferas productivas para potenciar el incremento del número de empleos.
El país se encontraba en un total caos económico hace apenas tres años. Con un déficit fiscal que rozaba el cielo y un desempleo en aumento, Portugal fue sometido a las duras políticas de austeridad dictadas por la troica europea, lo cual agravó más la situación de la nación lusa. Las privatizaciones de los servicios públicos y los recortes en áreas del beneficio social como la salud y la educación afectaron a miles de personas.
Pero la suerte ha cambiado para ellos. Luego del cambio en la presidencia del país, que significó un cambio de política económica al mismo tiempo, Portugal entró en la senda del crecimiento. Desde el 2014 el desempleo comenzó a reducirse y hoy, si bien no se encuentra en el nivel óptimo, al menos se mantiene en una cifra (rondando el 9.8%). El motivo de la felicitación de Bruselas es la propuesta al Consejo de la Unión Europea de la salida de Portugal de la lista de países con elevado déficit. De acometerse la sugerencia solo figurarán en la lista de déficit excesivo Grecia, España, Reino Unido y Francia, con más de un 3% del PIB en este indicador.
La política lusa para salir de la crisis comenzó por poner freno a la privatización de los servicios públicos y luego continuó con aumento de salario para los funcionarios públicos, potenció la creación de empleos, frenó la venta de la aerolínea estatal Transportes Aéreos Portugueses(TAP) y puso empeño para disminuir la corrupción con una lucha por la transparencia en la administración,elemento básico para un crecimiento óptimo. En el caso de España, donde el mal se extiende, la Comisión ha hecho un llamado de atención.
Ante el nuevo escenario a Bruselas no le queda más remedio que dar marcha atrás a su recetario. Portugal es otro ejemplo de su fracaso, tal es así que se ha visto obligada a recomendar la continuidad de las medidas aplicadas por los lusos. La solución no está en recortar, sino en inyectar capitales frescos en las esferas productivas para potenciar el incremento del número de empleos. Al mismo tiempo, el gasto estatal debe de aumentar y no disminuir, pues las compras estatales y de los funcionarios públicos con mejores salarios generarán una demanda que echará a andar los motores de la economía. Tal fue el razonamiento del Primer Ministro portugués y he ahí los resultados. Esto no es más que una bofetada a la troica europea que durante los años más duros de la crisis aumentó sus ganancias sobre la base de las desgracias de miles de familias. Quizás es hora de que admitan públicamente su error.
El informe se completa con críticas a España, por su incumplimiento en la reducción del déficit. Sin embargo, no debe olvidarse que la nación ibérica está propuesta para abandonar la lista el próximo año cuando su déficit debe cerrar cercano al 2.4% del PIB.
