La producción cinematográfica iraní ya tiene acento femenino
Por vez primera la República Islámica de Irán cuenta con una producción cinematográfica hecha por una mujer. La película Nafas (Respiro) de Narges Abyar es, incluso, una de las candidatas a los premios Óscar. El filme es una oda a la inocencia infantil y a la paz en tiempos convulsos.
Narges Abyar, natural de Teherán, representa un hito como mujer en Irán; primero por tener la primicia y ser la única fémina que hasta el momento ha hecho una propuesta cinematográfica en ese país del Oriente Medio, segundo por tratar un tema tan complejo como lo es el convulso escenario en las relaciones internacionales, sobre todo el caso de Estados Unidos con varios Estados islámicos, y tercero por ser una de las propuestas a la edición 89 de los premios Oscar.
“Me siento optimista en ese sentido y porque mi obra haya sido nominada como mejor filme de habla no inglesa”, declaró Narges Abyar a medios de prensa locales. La cineasta y escritora iraní afirmó que el comité encargado de elegir la cinta, representante por esa nación a los Oscar, valorará el folclor de ceremonias religiosas narradas en el filme, entre otros asuntos destacables de la cultura y política de Irán. “Es un caso único en mi país y me hace muy feliz”, dijo Narges Abyar, quien apuntó los sentimientos encontrados que pueden aflorar en ciertos círculos de esa sociedad, como elementos importantes de su producción.
La película cuenta la historia de una niña llamada Bahar quien a través de sus ojos transporta al espectador hacia el final del reinado del shá Mohamad Reza Pahleví; al triunfo de la Revolución Islámica encabezada por el ayatolá Ruholá Musavi Jomeiní en 1979, y hacia otros elementos históricos.
La productora de Nafas tiene varios libros publicados y otra película sobre la guerra, titulada Breath, sobre la preferencias por esos temas Narges Abyar dijo: “son acontecimientos que viví en primera persona y marcaron mi vida”.
Otro elemento a destacar en ese logro en la historia del país islámico es la ausencia de críticas por ser mujer y el avance cinematográfico en Irán, lo cual Narges Abyar consideró como muy positivo.
