El hambre sí mata
Alepo no puede más y desfallece, alertan los Cascos Blancos, la ONG de defensa civil en Siria. La organización da 10 días de margen a la comunidad internacional para colaborar con los barrios del este de Alepo, que se han quedado sin agua, alimento o medicinas. Si Rusia o Siria no dan el visto bueno para que la ONU envíe provisiones, la población empezará a morir de hambre. Los últimos paquetes de comida se repartieron el 13 de Noviembre (hace ya dos semanas) y desde entonces los habitantes de Alepo no han recibido otras ayudas. Los Cascos Blancos también se quedan sin sus propios recursos: se les acaba el gasóleo para las ambulancias y los camiones y se han quedado sin máscaras de gas.
La situación médica de Alepo es deplorable. El personal sanitario se ha visto obligado a escoger qué personas reciben tratamiento debido a la falta tanto de medicamentos como de médicos capacitados para operar. Mientras tanto, los Cascos Blancos buscan vida debajo de las moles de runa que los bombardeos de Bashar al Assad – con la colaboración de la potente Rusia – han dejado a su paso. El grupo rebelde sirio que se refugia en esta parte de la ciudad ha dado luz verde para que las ONG internacionales puedan facilitar ayuda humanitaria a la población y proveer del material necesario a los Cascos Blancos. Mientras, Siria y el Kremlin siguen bombardeando.
Las bombas – con paracaídas - siguen cayendo sin tregua en el este de Alepo, enterrando la población bajo sus propios hogares. El director de la defensa civil siria ha denunciado que desde los últimos diez días el gobierno está utilizando armas químicas. Assad lo ha negado, pero Raed Al Saleh, director de los Cascos Blancos, ha contado al menos diez casos en los que su equipo médico ha respondido a ataques con cloro, el último este miércoles. La defensa civil siria ha perdido en los dos últimos meses la mitad de su equipamiento y recursos y, además, las condiciones meteorológicas no acompañan: la fuerte bajada de las temperaturas agrava la situación, y ya no quedan muchos edificios donde refugiarse.