Reino Unido no permite la entrada del preso más guapo del mundo
Jeremy Meeks fue interrogado, cacheado y deportado a Estados Unidos tras su viaje a Londres por motivos laborales. El que fuese preso es ahora un gran modelo muy requerido por todas las pasarelas del mundo. Pero su pasado no le ha permitido entrar al Reino Unido cuyas leyes prohíben la entrada de un condenado a prisión hasta cuatro años después de su sentencia.
No es fácil borrar las huellas del pasado y más cuando se ha estado en la cárcel. El que se convirtió en el preso más guapo del mundo, Jeremy Meeks, acaba de vivir en sus propias carnes las secuelas que siguen dejando sus actos. Su atraco a mano armada, por el que fue condenado a dos años de prisión, hizo que la imagen de su ficha policial se convirtiese en viral. Su belleza dejó desconcertado al mundo de la moda que no dudó en seducirle con grandes y millonarias ofertas de trabajo.En marzo de 2016, antes de finalizar su condena, Meeks ya había firmado un contrato con una famosa agencia de modelos.
La Semana de la Moda de Nueva York fue el primer gran escaparate donde disfrutar de los andares del expreso. Desfiles, galas, viajes y más viajes. Esta es la nueva vida del estadounidense quien en su último destino tuvo un pequeño altercado con las autoridades. El modelo de 33 años viajaba al Reino Unido por motivos laborales cuando la policía del aeropuerto le prohibió la entrada al país. Escoltado por miembros de las autoridades británicas, Meeks fue llevado a una sala donde le interrogaron durante horas además de cachearle, revisar su equipaje y tomar muestras de sus huellas dactilares, según cuenta su representante, Jim Gordon.
En el camino, el modelo aprovechó para grabar un vídeo de queja del que ya se han hecho eco los medios de comunicación. “Estoy harto. Londres no me quiere después de haber cumplido mi condena. Es una locura. No tiene sentido”, aseguraba Meeks. Pero, apoyándose en las leyes del país que prohíben la entrada de cualquier persona que haya sido condenada a prisión hasta cuatro años después de la sentencia; las autoridades del aeropuerto londinense de Heathrow deportaron al estadounidense a su lugar de origen. “No fue arrestado, pero lo deportaron fuera del país. No le dejarán entrar”, explicó Gordon quien también explicó que su representado tenía todos los papeles en regla y llevaba una carta oficial de su agente de libertad condicional.