La economía griega, nuevamente en picada
Tres veces ha caído Grecia en recesión en apenas siete años. Por muy optimista que parezcan los comisarios de la Unión Europea, las cifras hablan de una realidad muy distinta.
Datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ubican al desempleo en un 25 por ciento, a la deuda pública cerca del 200 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras califica los niveles de pobreza de "alarmantes". Como además el PIB cayó el 0,1 por ciento en lso primeros tres meses del año y ya había bajado a finales de 2016, los economistas dictaminaron que dos trimestres consecutivos en números rojos son una recesión.
Desde 2010 esta nación europa, cuna de la civilización occidental, enfrenta una crisis que lleva a que economías más fuertes como Alemania aún se resistan a perdonar la deuda. Las nuevas malas noticias llegan cuando desde Atenas se prepara un tercer rescate aupado por la troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) como en ocasiones anteriores.
Atenas, con una economía en recesión, se prepara para una tormenta mucho más seria. El nuevo tramo de ayuda pactado es para pagar en julio una parte de la deuda (7 mil millones de euros). Esto es un paso previo para poder iniciar los diálogos sobre el "alivio" del impago helénico cuyo monto total es de 300 mil millones de euros. Mientras el FMI pide suavizar de alguna manera la deuda, el bloque comunitario de 27 países con sede en Bruselas pide una política de mano dura, liderada por Alemania.
Muchos analistas consideran que ni la troika ni el gobierno de Syriza, encabezado por el primer ministro Alexis Tispras, quieren dar su brazo a torcer. Por un lado, Bruselas reclama cada vez más recortes neoliberales que son una puñalada al bolsillo del griego y por otro, Atenas está enfrascado en que si no se produce la reestructuración de la deuda con condiciones, no activará ninguno de esos recortes. Aunque no puede dárselas de bravucón cuando no tiene más salida.
Por lo pronto, el rescate en cuestión ya alertó a los principales sindicatos helenos porque este viene con medidas de fuertes recortes sobre todo a las pensiones. Específicamente, lo pactado por el ministro de finanzas griego Euclides Tsakaolotos y los acreedores incluye reducir las pensiones, recortar los salarios y cambios en el mercado laboral que impulsarán un aumento considerable de los desempleados.
El diario El País citó el comunicado de la Confederación General de Trabajadores Griegos (GSEE) el cual llamó a «todos los trabajadores, los pensionistas y los jóvenes desempleados de todo el país, para que participen en la huelga general de 24 horas. La huelga y la participación en las concentraciones que se llevarán a cabo en todo el país son "la madre de las batallas" ya que si dichas medidas fueran aprobadas el presente será aún más insoportable y el futuro más incierto».