Babylux: un nuevo dispositivo al servicio de la neonatología
Los avances científicos han permitido el desarrollo de un dispositivo en fase de prueba que permite, por medio del láser, ver dentro de los cerebros de niños prematuros. El aparato, utilizado en los hospitales de Milán (Italia) y Copenhague (Dinamarca), se ha desarrollado gracias a la labor de investigación del Institut de Ciènces Fotòniques (ICFO) de Castelldefels, Barcelona (España). Gracias a Babylux, que se aplica sobre la cabeza del pequeño recién nacido, se puede conocer tanto el grado de oxigenación como el flujo de sangre en el tejido cerebral detectando de esta forma las posibles alteraciones determinantes de diversas discapacidades.
El mundo crece a diario. Es imposible parar la llegada de nuevas personas al planeta y, entre ellos, hay muchos que tienen demasiadas ganas por llegar. Se trata de los prematuros, bebés que nacen antes del tiempo establecido para un embarazo normal, es decir, nueve meses. Dada la alta cifra de bebés prematuros que nacen cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en torno a los 15 millones; la posibilidad de la utilización de esta nueva técnica supondría un gran paso. Hasta este momento los métodos empleados en medir la oxigenación resultaban poco fiables, aparte de que no eran capaces de medir el flujo sanguíneo. De aquí la iniciativa de diversos centros europeos que en 2014 se propusieron obtener fondos con los que poner en marcha el proyecto Babylux.
Babylux se caracteriza por el empleo de luz láser pulsada que atraviesa el tejido y produce unas imágenes moteadas ('speckle' en inglés), de cuyas variaciones se deduce el movimiento de la sangre. Los expertos establecen que los datos suministrados por este dispositivo podrían utilizarse para ajustar la ventilación artificial de los bebés ya que al poder mirar en el interior de los cerebros de prematuros se podría sopesar de una manera más aproximada los distintos riesgos y las diversas situaciones de peligrosidad.
Actualmente el método se ha utilizado con treinta bebés y según informa Turgut Durduran, investigador de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA) en el ICFO: “Harán falta quizás 10 años y millones de euros en ensayos, antes de que el sistema se pueda comercializar”. Mientras tanto los científicos intentan continuar con la investigación y los ensayos a través de la consecución de fondos públicos o privados para el proceso de certificación. Hemophotonics, una empresa 'spin off' del ICFO, intenta optimizar el proceso de producción.