CR7 y Portugal se estrellan contra Bravo
Cristiano Ronaldo, aunque no tuvo tiempo de lanzar ningún penal en la tanda del Portugal-Chile en la semifinal de la Copa Confederaciones, también se estrelló contra el portero Claudio Bravo, quien se erigió como la gran estrella sudamericana del partido. Más allá de sus tres paradas en el epílogo ante disparos mansos de Quaresma, Moutinho y Nani, el arquero del Manchester City fue un muro en la meta roja y sostuvo a su selección, que ahora buscará la corona de la cita rusa ante el ganador del duelo Alemania-México. De esta forma, los chilenos dan continuidad a su racha triunfal de 2015 y 2016, cuando ganaron la Copa América y su edición Centenario, respectivamente.
Fue un partido de alta tensión, sobre todo en la media cancha, donde Arturo Vidal, Charles Aranguiz, Marcelo Díaz y Pablo Hernández se enfrentaron a William Carvalho, André Gomes, Adrien Silva y Bernardo, quien también se plantó en la medular, aunque con más vocación ofensiva. En esa parcela del campo se concentró el juego, que no fue tan fluido, pero sí muy intenso, muy a tono con la filosofía de los chilenos. Ellos se sintieron más a gusto, más cuando avanzó el encuentro y las piernas no les respondían igual a los portugueses.
Pero los porteros erigieron su propio pedestal en ambos marcos, con atajadas impresionantes que mantuvieron el empate a cero en la pizarra. Bravo, en particular, paró en seco al talento André Silva, quien todavía necesita recibir más clases de definición de Cristiano. Su seguridad incomodó en demasía a los lusos, que se acercaban al área de los sudamericanos, pero no remataban, salvo el propio Ronaldo, quien vio un pequeño hueco avanzado el segundo tiempo, pero su disparo de zurdo lo repelió también Bravo con las manos sobre su cabeza.
Chile fue un poco más directo, amparado en la buena forma física y la confianza de Alexis Sánchez. El ariete del Arsenal cabalgó al frente, bajó a crear ante la ausencia de un cerebro en el conjunto, y metió miedo a Rui Patricio con varios intentos que se marcharon cerca o fueron repelidos por la defensa. Con el tráfico congestionado, en parte por la propia presión establecida por Vidal y sus gregarios en el círculo central, las opciones más claras de La Roja llegaron por las bandas, con proyecciones no tan profundas, pero sí precisas a la hora de centrar. Cabezazos de Arturo y del mismo Alexis causaron algo de peligro, solo que en el fútbol las redes deben moverse para que también se mueva el marcador.
Por cierto, a punto de descocer las redes estuvieron Arturo Vidal y Martín Rodríguez en cuestiones de segundos. De una jugada muy al estilo de Pizzi, el técnico de La Roja, nació la gran ocasión, en la cual hubo centros, forcejeó en el área, regates no completos y un pase atrás quirúrgico que Vidal remató con el empeine y la mandó directo al poste lejano de Rui Patricio, quien se estiró para la foto, porque no tenía chance alguno de evitar el gol. Por si fuera poco, el rebote cayó en los pies de Rodríguez, cuyo instinto fue rematar de primera, pero bien pudo controlar el balón y disparar con calma. Se dice fácil, solo que no es tan sencillo controlar las emociones cuando estás a punto de romper un partido, justo lo que le sucedió al joven, quien se topó con el larguero.
Finalmente, y tras 120 minutos de los cuales Chile salió mejor parado en las postrimerías con las oportunidades más claras, no había otro camino que los penales para definir el primer finalista de la Confederaciones, aunque es válido decir que el árbitro iraní Alireza Faghani se comió un penalti de Fonte, quien entró tarde en el medio del área y derribó al jugador chileno. Ni el colegiado ni los que se encuentran frente a las pantallas del VAR vieron infracción, y la acción continuó, solo que los chilenos tenían guardada la carta de Bravo en la tanda de penales, en la cual paró tres disparos no muy exigentes de Portugal.
“Quiero felicitar a los muchachos, porque gracias a su esfuerzo increíble fue que llegamos a los penales. Nos vamos muy felices, pero todavía no es momento de celebrar, tenemos otro partido para coronarnos. En los penales sabía lo que debía hacer, es mucha la experiencia que he acumulado”, sentenció Bravo, quien no tuvo que enfrentarse a Cristiano Ronaldo en la tanda, pues los portugueses decidieron dejar a su astro para cerrar los tiros, pecado que en ocasiones se paga bien caro, porque la estrella (uno de los mejores cobradores del mundo) debe marcar el camino.
Por cierto, todos suponían que tras una eliminación en la Copa Confederaciones de Rusia, Cristiano rompería su silencio sobre su hipotética salida del Real Madrid, pero el siete de los merengues dijo a AS que no se pronunciaría y mñs tarde la Federación Portuguesa emitió un comunicado en el cual develan que el jugador ha sido padre antes de la Copa y, ante la imposibilidad de luchar por el campeonato, lo liberan del partido por el bronce para que pueda conocer ya a sus hijos. La novela del verano da para largo.