Durant mata a los Cavs
Dos triples de J.R. Smith en los primeros tres minutos del duelo entre Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors emocionaron a los parciales de los Cavs en el Quicken Loans Arena, pero la ventaja de los actuales monarcas durante casi toda la segunda mitad se esfumó en par de minutos, y Durant, Curry y compañía se colocaron a un paso de alcanzar su segunda corona de NBA en los últimos tres años. Cleveland mostró un rostro más oxigenado frente a su público, solo que su pobre efectividad en tiros desde el perímetro y su ineficiencia en los segundos finales del encuentro les pasaron factura frente a unos Warriors quirúrgicos que ganaron 118-113.
Las dos victorias de Golden State en Oakland presagiaban un duelo de vida o muerte en el Quicken Loans Arena, donde los anfitriones no podían permitirse una tercera derrota en línea que pusiera la final a punto de mate. A pesar de la exigencia, los Cavs no comenzaron el partido con toda la intensidad requerida, pero bajo mínimos lograron que los Warriors no se separan demasiado en la pizarra.
Con solo siete cartones de ventaja se fueron al descanso los pupilos de Steve Kerr, y digo solo porque los actuales campeones dejaron una lamentable efectividad (27.8%) en tiros de tres puntos, con solo cinco encestes en 18 intentos, mientras Golden State mostraba su afinada y característica puntería con 12 triples en 20 pruebas (60%).
Sin embargo, el inicio de la segunda deparó mejor suerte a los miles que se fueron a la duela para ver el resurgir de los Cavs, que por arte de magia comenzaron a carburar, encaramados en los hombros de Lebron James y Kyrie Irving, quienes sacaron su tablilla de recursos y desataron un recital. El Rey del baloncesto moderno martilló desde las esquinas, en penetración, capturó rebotes importantes, condujo el juego y dio bolas cruciales para anotaciones de Kevin Love, Smith y el propio Irving, quien, por su parte, volvió a desplegar su increíble arsenal en jugadas de uno contra uno, lucha en la cual difícilmente alguien lo pueda superar.
Pero con todo ese ataque no lograron materializar en la pizarra una ventaja significativa ni insalvable frente al poder anotador de Golden State. Esa sensación rondaba en la cabeza de los fanáticos y de los propios jugadores de los Cavs, quienes al final del partido no ejecutaron las mejores selecciones de tiro, perdieron la lucha en la protección del tablero ni se movieron con la sangre fría imprescindible cuando la presión se corta con una uña.
Si alguien aprovechó particularmente ese bloqueo mental de Cleveland a falta de dos minutos para el final del partido fue Kevin Durant, quien otra vez marcó la diferencia y se llevó a casa por tercer duelo al hilo la condición de MVP. En el parcial de 8-0 en el último minuto, Durant anotó cinco cartones, primero un doble en movimiento que cerró el marcador 113-111, y después un triple relampagueante para voltear definitivamente los destinos del choque.
Ya después los locales no lograron recuperarse. Irving, imponente en las penetraciones con una plasticidad impropia de la raza humana, fue solo un simple mortal en los tiros de tres, con cero aciertos en siete intentos, y Lebron tampoco pudo tirar del carro con un balón perdido ante Iguodala a falta de nueve segundos.
A grandes rasgos, esos fueron factores decisivos en las postrimerías del choque, pero sería absurdo obviar los 30 puntos de un Klay Thompson imperial durante toda la noche, los 31 de Durant, la fantástica circulación de balón de Warriors, que anotaron 29 de sus 46 canastas con asistencias, o la espectacular efectividad de Stephen Curry en la línea de libres, desde donde anotó sus cinco intentos y extendió 32 la cadena de disparos francos sin fallar.
Steve Kerr, quien ya conoce de dinastías por su pasado como jugador con los Chicago Bulls de Jordan, tiene ahora en sus manos a un plantel con todas las características para implantar una época dorada en la NBA. Ganar este año fomentaría el camino hacia un futuro glorioso, porque el núcleo de jugadores se mantendrá junto en las próximas campañas.
Para el final del desafío, algunos sacaban cuentas sobre la estrella de los Cavs: Lebron se acercó a solo un punto de Michael Jordan en el listado histórico de anotadores en finales, metió un doble-doble marca de la casa, quedó a cinco unidades de su récord (44) en partidos de discusión de corona…Sin embargo, esos detalles no le valen de consuelo tras marcharse derrotado a los vestuarios, consciente de que será una gesta de otro planeta levantar una serie con desventaja 0-3, algo que ningún equipo ha logrado en más de medio siglo.