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viernes, 9 de junio de 2017

La primera entrega de armas de la guerrilla culmina en Colombia

Por Elizabeth Almeida

Hasta la fecha Naciones Unidas declaró que tiene bajo su custodia un aproximado de 1000 armas de los guerrilleros que se encuentran almacenadas en 26 zonas veredales. En los próximos días el organismo internacional anunció la entrega de los certificados de dejación de armas los cuales permitirán a los guerrilleros regresar a la legalidad. Entre las armas entregadas a la ONU, figuran los fusiles de 322 guerrilleros que fueron incorporados al mecanismo de monitoreo y verificación. Las restantes 678 corresponden al personal que laborarán conjuntamente con la ONU y el gobierno colombiano en la sustitución de cultivos ilícitos, desminado humanitario y pedagogía de paz.

“La primera entrega de armas a Naciones Unidas por parte de las FARC-EP es una demostración de la voluntad férrea de la guerrilla por cumplir con los acuerdos de paz”, opinó hoy el senador Iván Cepeda. El legislador del Polo Democrático Alternativo expresó que ya no se trata de una promesa, ni siquiera de un acuerdo suscrito, sino que el desarme de la insurgencia es un hecho.

El copresidente de la Comisión de paz del Senado comentó que pudo ver las fotografías en las que aparecen los funcionarios de la misión de la ONU en las puertas de los contenedores depositando las armas que está dejando la guerrilla bajo su custodia. “Con ese acto efectuado ayer quedan sencillamente deshechas todas las críticas, las especulaciones y rumores de que las FARC-EP no estarían dispuestas a dar ese paso”, agregó Cepeda.

El congresista de izquierda argumentó que ahora hay que pedir y exigir al gobierno nacional que cumpla con su parte. “No hay que olvidar que existen compromisos que deben ser ejecutados de manera simultánea por las partes”, añadió. Así como la guerrilla está dando esta demostración de cumplimiento de los acuerdos –opinó-, se debe esperar que la administración de Juan Manuel Santos cumpla con poner en libertad a miles de guerrilleros presos ya amnistiados o indultados.

Cepeda sostuvo que también la Casa de Nariño tiene que garantizar el programa de reincorporación social y económica a todos los miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo. En relación con la ausencia de representantes del Ejecutivo en el acto de ayer en la zona veredal de Caño Indio, en el cual el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, anunció la deposición del 30% de sus armas, el senador comentó que él espera que ese gran acto con todas las partes se dé.

Recordó que Jiménez, alias Timochenko, dio a conocer en aquel campamento de transición del Norte de Santander que habrá una segunda dejación para el 14 de este mes y otra final el día 20. Todavía hay dos posibilidades dentro de ese cronograma para que se celebre un acto político de alta trascendencia, con la presencia del presidente Santos y también de Timochenko para otorgarle aún mayor solidez y connotación a este trascendental proceso.

Hasta la fecha Naciones Unidas declaró que tiene bajo su custodia un aproximado de 1000 armas de los guerrilleros que se encuentran almacenadas en 26 zonas veredales. En los próximos días el organismo internacional anunció la entrega de los certificados de dejación de armas los cuales permitirán a los guerrilleros regresar a la legalidad. Entre las armas entregadas a la ONU, figuran los fusiles de 322 guerrilleros que fueron incorporados al mecanismo de monitoreo y verificación. Las restantes 678 corresponden al personal que laborarán conjuntamente con la ONU y el gobierno colombiano en la sustitución de cultivos ilícitos, desminado humanitario y pedagogía de paz.

La más importante guerrilla colombiana, FARC-EP, y el gobierno de Juan Manuel Santos realizaron conversaciones en la capital cubana, La Habana, durante casi cuatro años, en busca del acuerdo de paz firmado por el presidente de la República y el comandante guerrilleo en el teatro Colon de Bogotá, el 24 de noviembre del año pasado y que puso fin a más de 50 años de conflicto armado interno que llevó al país a una constante situación de inestabilidad. Este proceso de desarme es un primer paso decisivo antes de que el 1 de julio se convierta a las FARC en un partido político con todo lo que ello conlleva. Colombia entonces vive un momento histórico para intentar recomponer las cicatrices dejadas por un severo conflicto interno que dividió a la nación y a las familias.