Soplan en Doñana vientos indulgentes
Aun no son vientos en popa, de esos que nos aseguran de que todo irá en marcha y “a toda vela”. No en el parque natural Doñana, al suroeste de España, que es ahora un rastro negro. Allí todavía arde, al menos en la carretera que conecta los municipios onubenses de Mazagón y Matalascañas, desde que se desencadenara desde este sábado, un gran incendio forestal. Las llamas mantienen en vilo los servicios de extinción de fuegos de Andalucía y del Ejecutivo central; y provocaron que un millar de personas se mantengan desalojadas de sus casas por el peligro que representa.
Pero al menos el viento “parece estar más a favor” de acabar con el siniestro, pues fue un factor clave en la extensión del fuego durante todo el fin de semana, con rachas de hasta 90 kilómetros por hora, y este lunes ha dado una tregua. Los servicios de bomberos andaluces esperan que se mantenga este comportamiento en las próximas horas, aunque el optimismo no los hace dejar de desconfiar de las “rachas”. Todavía ayer quedaba la zona norte con focos activos, pero que exista menos viento y las temperaturas estén más bajas es una buena señal, dijeron.
Al frente de la investigación para determinar las causas del fuego quedó el servicio de extinción (Infoca), con el apoyo de la Guardia Civil y la policía nacional. Resulta un aliciente que pese a la gran extensión de pinos calcinados en el área, el incendio no llegó a adentrarse en el parque nacional, que es la zona más protegida entre las más de 100.000 hectáreas que conforman el Espacio Natural de Doñana, ni tampoco en las localidades de Matalascañas y Mazagón.
No obstante el trabajo ha sido intenso, y centenares de efectivos pasaron la noche del domingo intentando controlar el evento para que no afectara ni los núcleos costeros ni el Parque Nacional. No obstante, el suceso obligó a evacuar unas 2 mil personas. Sospechan que no fueron las causas naturales el desencadenante del incendio, aunque esa hipótesis está bajo investigación. Al menos, las carreteras que hubo que interrumpir el fin de semana, han sido reabiertas, luego que cortar el paso de dos de estas provocó que se quedaran aisladas durante horas al menos unas 50 mil personas, en el municipio turístico de Matalascañas.
Hasta el mismo puesto de mando avanzado que funciona en Mazagón, para seguir in situ las labores de extinción se han trasladado la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. Ambos han declarado que llegaran al final de lo ocurrido y de las causas del fuego, y “exigirán que se depuren responsabilidades al máximo”.
Por el momento el viento ha amainado y en Doñana los bomberos han logrado ir “por delante del fuego”. No bajar la guardia y esperar, parece ser la palabra precisa en estos días. Ahora es España la que ve amenazado el corazón de una de sus más valiosas joyas naturales, siguiendo la ruta del fuego de Portugal en una semana caracterizada por las llamas.
