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sábado, 29 de julio de 2017

Mireia se apunta un oro de leyenda

Por Aliet Arzola

Desde el 2008 escuchamos hablar de Mireia Belmonte. La nadadora española, de una forma u otra, siempre acapara titulares, año tras año, lo mismo con sus éxitos en piscinas de curso corto que en los grandes certámenes mundiales y olímpicos. Pero tras casi una década en la cumbre de las piscinas, a la chica de Badalona se faltaba en su palmarés la corona del orbe en las albercas de 50 metros, la cual logró en Budapest, derrotando nada más y nada menos que a la ídolo local Katinka Hozzsu, una mujer capaz de ganar más 40 cetros en los últimos siete años.

En el Mundial de Deportes Acuáticos que acoge Hungría hace diez días, la ibérica de 26 abriles había alcanzado la plata en la extenuante prueba de los 1 500 metros libres, su cuarta presea universal desde el 2013 hasta la fecha, pero quería más, y lo consiguió contra viento y marea. En la discusión de la corona de los 200 mariposa, Mireia no solo se midió a Hozzsu, también se encontró con las chinas Zhou Yilin y Zhang Yufei, finalistas de la prueba en los Juegos Olímpicos de Río 2016, sin obviar que no estaba en su mejor forma para afrontar la crucial carrera.

Belmonte superó las clasificatorias y semifinales sin demasiados aprietos, pero en la mañana de la final estaba resfriada y dijo a la prensa española que hasta pensó quedarse en la cama, pero una fuerza superior la levantó hasta la piscina de la Danu Arena, de la cual sacó una impresionante corona dorada con crono de 2:05.26 minutos, superior por escasas milésimas a la alemana Franziska Hentke (2:05.39) y a la Hozzsu (2:06.02). Como reflejan los tiempos, el trazado no fue un manjar para Mireia, quien tras los primeros 50 metros marchaba sexta. Sin embargo, en los dos siguientes tramos su motor subió las revoluciones y registró los mejores parciales de las finalistas. En el cierre, Hentke presionó para obrar una remontada milagrosa, pero quedó a centímetros de lograrlo, y Belmonte descargó las tensiones, aliviada con el único cetro que faltaba en sus vitrinas.

Luego de salir del agua, la catalana de profundos ojos azules dijo que no se creía haber materializado semejante proeza, y consideró que la clave del éxito estuvo en ser más valiente que en la prueba anterior de 1 500 libres. Con esta medalla, Mireia pone el colofón que faltaba en su fructífera trayectoria, que incluye más de 40 medallas entre certámenes europeos, mundiales y olímpicos. A sus 26 años, Belmonte ha tenido temporadas realmente brillantes desde el 2008, cuando se llevó el título en el certamen continental de Eindhoven (200 combinados) y logró también plata y bronce en estilos durante la lid mundial de curso corto en Manchester.

Igualmente en piscinas de 25 metros, pero en Dubai 2010, logró tres coronas, incluida la del 200 mariposa, que hasta ahora ha sido su prueba fetiche, pues en ella se colgó el oro en los Juegos Olímpicos de Río y ahora en la cita universal de Budapest. Crucial en su crecimiento ha sido el trabajo junto al entrenador francés Fred Vergnoux desde el 2010, pues con él logró despegar definitivamente y salir del pequeño bache en el que se encontraba durante el 2009. Vergnoux condujo a Mireia a explorar las distancias de fondo y medio fondo, lo cual ha dado otra dimensión a la carrera de la catalana, a la que, por lo visto, le queda todavía combustible para continuar impresionando al mundo acuático.