Un buen estilo de vida para los bebés
Las rutinas están compuestas de una continuación de acciones que van una detrás de otra y se empiezan a instaurar ya desde antes de nacer. Durante la etapa de gestación, el bebé tiende a ajustar su ritmo con el de la madre, descansa cuando lo necesita, pero especialmente cuando ella lo hace, se alimenta cuando quiere, pero da un salto cuando mamá come algo dulce, ahorra energía si ella siente estrés y también se relaja más cuando ella lo hace. De alguna forma, él se adapta a su madre y va dibujando unos acentos, unas prácticas de sueño, alimentación y movimiento que funcionan mientras se encuentra en el útero. Pero cuando nace, tiene que adaptarse a un mundo más amplio. Una de las herramientas con las que intentamos facilitarle la transición al nuevo mundo son las famosas rutinas.
Las rutinas ayudan al bebé a organizarse, siempre que sus hambres queden cubiertas, solo que cada niño tiene unas necesidades específicas. O mejor dicho, todos tienen las mismas necesidades, pero cada pequeño sigue un orden diferente. Cada bebe sigue un ritmo lo cual es percibido con claridad tras unos días de observación, sin expectativas. Respondiéndonos a preguntas como, ¿Cómo es tu bebé?, ¿Duerme mucho o poco? , ¿Come con frecuencia y poca cantidad, o tarda varias horas en pedir alimento?, ¿Está más despierto por la mañana o por la tarde?, ¿Lo despierta el hambre o necesita pasar un tiempo observando lo que le rodea antes de alimentarse? Es evidente que cada niño es un mundo, solo tienes que fijarte en qué orden necesita el pequeño que sucedan las cosas y por supuesto procurar seguirlo, porque hacer una cosa detrás de otra, de modo más o menos repetido, cubriendo sus necesidades básicas, le genera seguridad.
Lo más esencial, que es el cambio del pañal, se dice que para ello hay gestos pequeños y cotidianos que no valoramos y ellos nos mandan señales. Esto pasa todos los días, varias veces sin seguir un horario. El bebé no entiende de tiempos, pero sí va comprendiendo, poco a poco, la relación causa-efecto. Notar esta relación le consiente construir más adelante el concepto de tiempo, que es algo muy importante. Asimismo, cuando el bebé nota esa extraña sensación caliente primero y después fría viene mamá, le dice unas palabras cariñosas, lo acaricia, vuelve a sentirse cálidamente envuelto y recupera el bienestar; al repetirse varias veces al día, va integrando una importante información, la de encontrarse seguro, a salvo, cuando se siente mal, es atendido.
Una criatura tiende a regularse en función de sus padres para pertenecer no al mundo, sino a nuestro mundo. Es a los padres a quienes se adapta el pequeño. Inclusive, cuando algunas madres empiezan a trabajar, sus bebés se pasan la mañana durmiendo hasta que ella llega y pueden por fin estar con ella y alimentarse. Sucede que él bebe se siente tan dependiente de la madre que logra sentirla aun dormido. Lo que si es cierto que la forma en que es organizada nuestras rutinas influirá mucho en el bebe.
Es importante acostumbrarlo a cumplir con los horarios tanto de sueño como de comida incluso hasta el horario de asearse. Si el pequeño se acostumbra a las rutinas que le impongamos nos será mucho más desempañar otras tareas en el hogar o en nuestra vida cotidiana que ellos por ser tan pequeños aun no pueden participar.