El Caso Martinelli y el nuevo escándalo de espionaje
El ex presidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2014) desvió casi 14 millones de dólares para espiar a sus eneigos políticos. Con ello pagó un software para tener información de primera mano de los teléfonos móviles de cualquiera que se le ocurriera. Este es el centro del caso contra el ex mandatario, autoexiliado en Estados Unidos, que se analiza en una corte de Miami. Martinelli usó el programa para espiar Pegasus, el mismo usado por el gobierno mexicano para espiar a los periodistas activistas de Derechos Humanos incómodos. El panameño usó el sistema cibernético adquirido en el año 2011 por el Gobierno mexicano a la empresa israelí NSO Group.
Con Pegasus, nombrado como el caballo del mitológico dios griego Zeus, Martinelli accedió a la información archivada en los celulares. Pero además, podía escuchar y grabar las conversaciones que tenían los dueños de los celulares mientras estos aparatos estuviesen cerca. Durante las audiencias hubo un ex analista que trabajó para Martinelli que dijo que algunos legisladores contrarios a las políticas del presidente fueron grabados teniendo sexo. Incluso aseguró que algunos de los diálogos fueron subidos a la red social de videos por Internet YouTube.
Es por ello que Martinelli fue detenido el 12 de junio pasado en Miami tras un pedido de extradición para responder ante la Corte Suprema de Justicia por acusaciones de espionaje ilegal y peculado. La próxima audiencia está fijada para el día 22 de este mes de agosto. Uno de los jueces se ha negado en dos ocasiones a concederle la libertada bajo fianza porque esgrime la posibilidad de que Martinelli se escape de territorio estadounidense. Tampoco ha querido aceptar la petición de extradición hacia Panamá bajo la misma excusa.
Las autoridades del país centroamericano pidieron que el ex gobernante responda en su país natal las acusaciones en su contra. Este se ha limitado a divulgar por redes sociales como Facebook y Twitter que es inocente y que todo es parte de una persecución judicial con fines políticos, o lo que es lo mismo: lawfare. Este tipo de persecución es la misma que pesa sobre el ex mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre quien pesa una condena de nueve años y medio de prisión y la imposibilidad de asumir cargos públicos durante un buen tiempo.
Sobre Martinelli pesa la Alerta Roja y 12 causas penales paralelas. En el año 2015 el ex presidente se autoexilió en Estados Unidos bajo la figura migratoria de ser un inversionista. Sin embargo, tendrá que responder ante la justicia.