El trasero de Taylor Swift, protagonista en ardua batalla legal
En junio del 2013, con 23 años de edad, Taylor Swift experimentó un desagradable incidente durante la gira de su disco Red. En Deven, mientras la cantante posaba para una foto, metieron la mano bajo su vestido y le tocaron su trasero. Sobre el incidente, la popular cantante declaró: "levantó mi vestido y me agarró una nalga, y por más que me movía, seguía ahí". La afirmación de Tay Tay hacía referencia al DJ David Mueller, quien había sido invitado a ese encuentro y también posaba para la foto cuando decidió tocar a la popular cantante. Para él el episodio no terminó felizmente, pues los guardias de seguridad se percataron de inmediato de que algo había ocurrido y lo sacaron del evento.
La controversial escena ha generado mucha polémica y, lógicamente, cada parte tiene su versión. Mientras que David niega el hecho, Swift afirma "sentirse violada de una manera que nunca había experimentado antes", aunque en ese momento prefirió no dar parte a las autoridades por mantener la situación "discreta, tranquila y confidencial". La radio donde se desempeñaba Mueller como locutor, al conocer lo ocurrido, tomó la decisión de despedirlo. Con el fundamento de que el equipo de Taylor presionó a sus exjefes mediante fotos y acusaciones falsas, David puso una demanda contra la cantante por haber perdido su puesto, haber dañado su reputación y su trabajo como profesional. Este, en su defensa, describe la foto del momento alegando que la chica sonreía y que su mano en ningún momento había ido a la falda de la artista. En otra oportunidad, David culpó a otro compañero allí presente de haber cometido el inapropiado acto y agrega que se ha relacionado con "cientos de celebridades" y que jamás ha tenido una mala actitud con ninguna. Taylor, un mes después de ser demandada, decidió poner una contrademanda por asalto y agresión.
Dos años después de todo esto, a ella y a David les ha tocado verse nuevamente las caras en el tribunal de Denver, Colorado (EE.UU.), al que acudirán por nueve días para participar del juicio que pondrá fin a la disputa legal que mantienen. Taylor solo busca reparar los daños que este suceso le ha ocasionado y simbólicamente ha exigido un dólar. Quiere que su caso sirva como "ejemplo para otras mujeres que busquen evitar revivir públicamente actos indignantes y humillantes similares". Por su parte, Mueller exige tres millones de dólares y que su nombre quede limpio. Además de ellos como litigantes, durante el juicio deberán comparecer en calidad de testigos la madre de la cantante, el fotógrafo que cubría el evento y Shannon Melcher, pareja del DJ en aquel momento.