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lunes, 28 de agosto de 2017

La dieta contra el cambio de hábitos

Por Elayne

Algunas personas necesitan ponerse a dieta, o bien porque están en sobrepeso o porque simplemente quieren mantener su peso ideal. Sin embargo, se ha hecho creer que restringir nuestra alimentación a porciones más pequeñas y seleccionar alimentos sanos es algo difícil, pero te puedo decir que nada lo es a menos que tú lo creas. Para hacer una dieta lo más importante es seleccionar la adecuada, una nutritiva y que límite el consumo de calorías a lo necesario.

Ante todo, necesitarás creer que las dietas no deben suponer algo difícil de cumplir. Te aconsejo que a partir de ahora no digas más que harás una dieta, mejor di, voy a cambiar mis hábitos alimenticios. El término “dieta” de por sí te hace suponer que vas a comenzar a privarte de las cosas que te gustan. Este fenómeno ocurre porque socialmente le hemos dado ese significado y es así como lo captamos psicológicamente. Es por esto que al momento que te dispongas hacer una dieta tu cuerpo se pondrá en alerta considerando que vendrán momentos de crisis y entrarás en un estado de ansiedad que te incita a comer más de aquello que sabes que no deberías. Además, conocemos que somos capaces de crear hábitos de manera fácil porque es nuestra naturaleza. Toda acción que se realice ininterrumpidamente por 21 días se vuelve una costumbre. De esta manera nos reprogramamos y nuestra actitud ante un cambio en nuestra alimentación se percibe de manera más positiva, por lo que estaremos más dispuestos a empezar de inmediato y ser más constantes.

Ahora bien, existen muchos trucos saludables que te quiero comentar para que los pongas en práctica si has decidido cambiar tus hábitos alimenticios. Estos te ayudarán a controlar el apetito. Lo primero que necesitas es identificar si la sensación de hambre es real, porque solemos confundirla con la ansiedad. Cuando estamos ansiosos, por mucho que comamos no nos saciaremos, por lo que es evidente que esa no es la solución. Otras veces simplemente tenemos sed y confundimos esas sensaciones. Por ello, es preferible esperar unos minutos mientras nos enfocamos en otra cosa y que pasado este tiempo puedas estar seguro si es solo una sensación o hambre real. Procura incluir alimentos con fibra y proteínas, ya que estos hacen que estemos más saciados, porque suelen ocupar más espacio en nuestro estómago. No te saltes las comidas y respeta sus horarios. Necesitarás repartir el consumo alimenticio diario a tres comidas principales y dos meriendas entre estas. Ingiere pequeñas porciones de grasas buenas (frutos secos, aceite de oliva o de coco, aguacates y olivas), porque te ayudarán a controlar la necesidad de comer cosas que no deberías. Come despacio y verás que te sentirás más lleno que si lo haces más aprisa. Por último, no seas demasiado estricto y trata de hacer de este proceso algo sencillo. Verás cómo pronto será pan comido, nunca peor dicho.