El elevado saldo de la polución
Los efectos de la superpoblación mundial y de las inconsciencia con respecto al cuidado del medio ambiente, en gran medida por parte de las grandes empresas, importantes focos contaminantes, está causando, sin lugar a dudas, efectos en el planeta y en la salud de sus habitantes.
En ese sentido, las naciones han tomado medidas para contrarrestar los daños. En el caso del diésel, no sólo muchos estados de Europa han prohibido su uso para 2030 y 2040, por el cambio climático, sino que también su peligrosidad afecta a las personas, provocando la muerte de hasta 10 mil seres humanos cada año en la Unión Europea a causa de ese combustible.
El equipo de investigadores estuvo dirigido por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados y el Instituto Meteorológico de Noruega y determinaron que la negligencia también influye en estas muertes, pues casi la mitad de esas personas, unas 4560 en el año 2013, fallecieron a causa de que ciertos fabricantes de vehículos eludieron las normas de contaminación establecidas para mantener la calidad del aire.
Si bien la gasolina también produce partículas peligrosas, el diésel quemado produce una mayor cantidad del tipo PM10 y PM2.5, más pequeñas y que se alojan en las vías respiratorias. Estas partículas son lo suficientemente peligrosas por sí solas para una persona sana, pero además son increíblemente dañinas para aquellos con problemas respiratorios como el asma.
Durante las investigaciones se analizaron los 27 estados miembros de la Unión Europea, junto con Suiza y Noruega, y los expertos determinaron que Italia es el mayor infractor, con 2810 muertes relacionadas con la contaminación. Le siguen Alemania con 2070, Francia con 1430 y el Reino Unido con 640.
Este problema no queda ahí, pues si se suman los efectos de la contaminación por diésel con toda la contaminación atmosférica, el aire mata a unas 425 mil personas en la Unión Europea anualmente. Además, los investigadores señalan que el 90 por ciento de esas muertes están relacionadas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares.
Felizmente, gobiernos como el francés, el del Reino Unido y también China, fuera de la Unión Europea, están interesados en buscar una solución a esta problemática, planteando, en el futuro, la venta de automóviles con motores convencionales. Por su parte, otro estudio, realizado por una ONG que contribuyó a destapar el escándalo de los coches trucados de Volkswagen, alertó sobre el impacto de los vehículos diésel en la salud.
De acuerdo a los especialistas, los motores diésel liberan más gases contaminantes en condiciones normales que en las pruebas técnicas para certificar el nivel de lo que contaminan. El trabajo realizado contabilizó la diferencia entre lo que se supone que emiten estos vehículos y lo que realmente liberan en la Unión Europea, Estados Unidos, China, India, Australia, Brasil, Canadá, Japón, México, Rusia y Corea del Sur, que concentran el 80 por ciento del mercado.
Los resultados muestran que un tercio de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de vehículos pesados como camiones y autobuses y la mitad de las de coches y otros vehículos ligeros están por encima de los límites legales. Por ejemplo, en el año 2015 estos motores liberaron 13,2 millones de toneladas de óxidos de nitrógeno, de las cuales 4,6 millones no estaban contabilizadas.
El estudio calcula que el exceso de emisiones de óxidos de nitrógeno causó 38 mil muertes prematuras más de lo esperado, provocando en total, 107 600 muertes prematuras en los países analizados. De estas, ocho de cada diez defunciones se concentran en China, India y la Unión Europea. A esas defunciones habría que sumar las 17 100 causadas por emisiones dentro de los límites legales.
Los expertos añadieron que de no poner límites más estrictos, para el 2040 habrá casi 184 mil defunciones prematuras por estas causas. La mayoría de las cuales podrían evitarse mediante limitaciones a las emisiones de vehículos pesados en países como Australia, Brasil, China, México y Rusia, además de asegurándose de que los coches cumplen las regulaciones existentes en Europa.