El Estado francés se libra de las empresas poco estratégicas
El ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, anunció recientemente que el Gobierno de la nación francesa tiene planeado privatizar varias empresas que ya no son estratégicas para el Estado. La información se hizo pública mientras el funcionario participaba en un foro de negocios celebrado en Italia. De acuerdo con declaraciones publicadas por la prensa de ese país europeo, el objetivo de tal decisión es recaudar fondos para invertirlos en tareas de innovación, como parte de un grupo de acciones imprescindibles para el futuro económico de Francia.
En su alocución, el francés Bruno Le Maire explicó que en las próximas semanas divulgaría detalles sobre la privatización de empresas que actualmente son administradas por el Estado. Por lo pronto no abundó sobre el tema, pero manifestó que esa iniciativa responde a la necesidad de contar con dinero suficiente y de esa manera poder financiar la innovación que pretende el Gobierno, lo cual resultará clave para el futuro de la economía y para hacer de Francia un país mucho más fuerte.
Al respecto el ministro francés refirió que la gestión puede ser en verdad una mejor forma de gastar el dinero. Explicó que al financiar la innovación que se pretende puede lograrse más que si el Gobierno continúa apegado a ciertas compañías que ya no son trascendentales para el Estado. Sin embargo, Bruno Le Maire no ofreció pormenores ni señales de cuáles empresas estarían pronto involucradas en la decisión, ni qué procedimiento seguirán para conseguir la privatización.
Por su parte, el primer ministro de Francia, Edouard Philippe, confirmó la cesión a entidades privadas una parte de algunas empresas que actualmente pertenecen al Estado, pero aclaró que no será al 100 por ciento. Sin embargo, aunque Edouard Philippe se mostró reservado y no usó la palabra “privatización”, como empleara antes Bruno Le Maire, sí pudo confirmar la intención de entregar una parte de las compañías; al tiempo que afirmó que el proceso tendrá lugar a un ritmo determinado y con las condiciones que sean más interesantes para el Estado, con el objetivo fundamental de alimentar los fondos que servirán para financiar la innovación y la investigación.
De acuerdo con analistas y medios de comunicación, esta medida confirmaría la tendencia liberal adoptada por el Gobierno francés desde que Emmanuel Macron asumiera la presidencia en mayo de este año, lo cual ha sido muy criticado por grupos políticos opositores y organizaciones sociales.
Encuestas recientes sostienen que en tan solo 4 meses de gestión ha decaído hasta un 40% la popularidad del joven presidente Emmanuel Macron, en gran parte por su proyecto de implementar un programa para reformar las rígidas leyes laborales de Francia, promesa clave de su programa de campaña. De acuerdo con lo divulgado, la nueva legislación prevé reforzar el papel negociador de las empresas sobre las condiciones laborales, limitará las existentes indemnizaciones por despido improcedente, y favorecerá la creación de empleos. No obstante, un alto por ciento niega las medidas, y la mayoría de los franceses opina que esta reforma laboral de Macron no combatirá el paro. Por todo esto, algunos sindicatos y la izquierda radical francesa ya han convocado a manifestaciones para este mes de septiembre.
