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jueves, 21 de septiembre de 2017

La alternativa cubana en el Mundial de gimnasia

Por Aliet Arzola

Aunque por muchos años el nombre de Cuba no se mencionó en los principales escenarios mundiales de la gimnasia artística, la nación caribeña es justamente una de las alternativas más interesantes para romper la hegemonía de algunas estrellas del deporte en aparatos puntuales en el venidero certamen del orbe que se celebrará en octubre en Montreal, Canadá. Con una escuadra joven de cuatro atletas rebosantes de un talento innato y ya curtidos en lides del orbe y Juegos Olímpicos, la armada antillana aspira a entrar nuevamente en el medallero y disputarle sitiales de honor al japonés Kohei Uchimura, al ucraniano Oleg Verniaiev o al británico Max Whitllock, como ya sucedió en la pasada edición mundial hace dos años, en Glasgow, Escocia.

De cara a la presente cita canadiense, los cubanos han trazado una estrategia más fina, basada en su estudio de contrarios y dejando a un lado cualquier atisbo de triunfalismo. Por ello, solo uno de los cuatro participantes de la Mayor de las Antillas competirá en el all-around , mientras los otros tres se concentrarán en sus modalidades de mayor fortaleza, buscando claramente un resultado y no solo ganar rodaje tras una campaña gris, en la cual solo han tenido la oportunidad de probar sus rutinas en el clasificatorio centroamericano en Guatemala.

De los más de 400 gimnastas que concursarán en Montreal, probablemente sean los cubanos quienes menos se hayan visto en el año, detalle que no les favorece, pues los jueces apenas han evaluado su rendimiento bajo el nuevo código de puntuación del deporte. De cualquier manera, los criollos pulen sus ejecuciones en la Escuela Nacional de Gimnasia de La Habana, su cuartel general, a la espera de que llegue el momento de mostrar su crecimiento.

La mayoría de las miradas se enfocarán en Manrique Larduet, subcampeón mundial en la competencia de máximos acumuladores hace dos años en Glasgow, y bronce en la barra fija de la propia lid escocesa. El estelar no tuvo muchas opciones de demostrar sus cualidades en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro por una lesión, pero tras un año de entrenamientos y recuperación, aspira a dar otra sorpresa en Montreal. Por delante tiene los mismos monstruos de los últimos años, todos ellos con mayor rodaje competitivo y condiciones de entrenamiento.

Pero algo tiene Manrique que lo distingue. A pesar de los contratiempos, el santiaguero no ha bajado la cabeza y anda enfocado en la superación y estabilización de altas notas de partida en todos los aparatos, con particular énfasis en paralelas, caballo de salto, barra fija, manos libres y anillas, quedando un poco por detrás en los arzones, modalidad en la que Cuba nunca se ha destacado.

Además, para Manrique es crucial competir al lado de su coequipero Randy Lerú, con quien ha compartido escuadra desde categorías pequeñas. Randy es un portento que basa su trabajo en la fuerza física y la concentración. Todavía no ha alcanzado los niveles de perfección en todos los aparatos, pero sus rutinas en barra fija, paralelas y ejercicios en el suelo resaltan por su elevado nivel de dificultad, con elementos de riesgo que, de lograrlos, pueden lanzarlo a posiciones cimeras. En el caso de Manrique, la aspiración es mantenerse en el podio del all-around, mientras Randy quiere, a toda costa, meterse en su primera final mundial y convertirse en el quinto cubano medallista en la historia de estas lides.

Entre las chicas la ambición también es mayúscula, solo que ellas no tienen el mismo protagonismo mediático. Sin embargo, Marcia Videaux, olímpica en Río 2016, cuenta con uno de los saltos más complejos en el planeta, mientras Yesenia Ferrera, otra pequeña joven, destaca por su perfección en los ejercicios de manos libres, con una rutina que, de acuerdo a los entrenadores y especialistas, podría colocarla al mismo nivel que Simone Biles, o al menos acercarse.