Lady Di sigue presente dos décadas después
Hoy, a 20 años de la muerte de una de las figuras más influyentes y queridas de la nobleza británica, el pueblo de esa nación recuerda a la entrañable princesa Diana de Gales o simplemente Lady Di, reconocida por impulsar miles de cambios en la sociedad durante la década de 1980. Un día como hoy, hace ya dos décadas, falleció Lady Di, aclamada y criticada por la sociedad, con una vida que no podía ser privada, bajo el atento ojo de la familia real. Sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, han visitado un jardín creado junto al palacio londinense de Kensington para preservar la memoria de su madre, conmemorando así la fecha de su fallecimiento. El palacio de Kensington, igual que hace 20 años, se ha llenado durante estos días de flores, fotografías y mensajes de muchas personas que recuerdan a la desaparecida princesa, que vivió tan criticada como amada, siempre queriendo ser libre y crear una sociedad mejor.
Nacida como Diana Frances Spencer, en el seno de una familia noble como la cuarta hija del conde John Spencer y Frances Roche, fue la primera esposa del príncipe Carlos de Gales, heredero de la Corona británica.
Su boda tuvo lugar en 1981 en la catedral de San Pablo de Londres y fue vista por más de 700 millones de personas en todo el mundo. De esa unión, que comenzó siendo bastante polémica, nacieron Guillermo y Enrique, segundo y tercero en la línea de sucesión al trono en su momento. Pero Diana demostró ser una perfecta princesa para los británicos, pues desarrolló sus obligaciones reales y representó a la reina en viajes en el extranjero, y además fue celebrada en numerosas ocasiones por su labor humanitaria y su apoyo a la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona.
Diana fue objeto de la opinión pública mundial y de la atención mediática durante y después de su matrimonio, aunque muchas noticias se concentraban en su respaldo a causas humanitarias, pues la princesa ayudó a niños pobres en África, y figuraba al lado de personalidades como Nelson Mandela, el Dalái Lama o la madre Teresa de Calcuta; también presidió numerosas fundaciones benéficas. Diana tomó un rol activo como Princesa de Gales en lugar de pasar sus horas en palacio y dio una imagen muy positiva no solo a Gran Bretaña, sino también al mundo entero.
Entre las muchas otras causas a las que se dedicó encontramos el SIDA, el consumo de drogas, y apoyó a los niños y ancianos con problemas de salud. Su último compromiso - y uno de los más relevantes - estaba relacionado con la erradicación de las minas antipersona, y pocos días antes de su muerte visitó Bosnia junto a la Red de Sobrevivientes de campos minados, una participación que determinó varias acciones contra el uso de este tipo de armamento bélico. La vida, obra e inesperada muerte de esta figura tan querida en un accidente de tráfico, en 1997, la convirtieron en auténtico mito y en un personaje popular en el mundo entero.
La princesa Diana de Gales murió en París, donde supuestamente se encontraba junto a su novio Dodi Al Fayed. Ambos sufrieron un accidente de tráfico mortal cuando se dirigían al apartamento del heredero a las orillas del Sena, a la altura del puente de L'Alma. El pueblo británico le dedicó un duelo intenso y miles de cadenas informativas en el mundo reportaron la noticia.