Las flores de Atacama, el desierto más estéril del mundo
Que un desierto parezca un jardín repleto de flores es una postal muy bonita difícil de creer. Cuando pensamos en desierto lo primero que imaginamos es un área inhóspita, solitaria, carente de vida, con arena y más arena hasta el horizonte, con mucho sol, nada de agua, y quizás algún Aladino o Principito entre cactus. Sin embargo, no es ficticio. Existe un lugar en el mundo, quizás el más árido, donde cada cierto tiempo acontece una metamorfosis para bien y se convierte en un enorme campo de flores de todos los colores.
El fenómeno ha sido llamado de la mejor manera que puede ilustrarlo: desierto florido, y tiene lugar en el desierto de Atacama, en Chile, considerado el más estéril no polar de nuestro planeta. Este desierto tiene unos tres millones de años de antigüedad, y abarca un área de casi 1 600 km de largo por un ancho máximo de 180 km. Por su ubicación geográfica se cataloga de tipo costero frío, y está delimitado por el océano Pacífico y la cordillera de los Andes.
El suceso ocurre cada varios años, y consiste en la aparición de una gran diversidad de flores cuando las precipitaciones de invierno son inusuales y superan el rango estándar anual para el desierto. Climáticamente se relaciona con el Fenómeno del Niño, por el sobrecalentamiento que genera sobre las corrientes marinas del litoral de Chile, y por tanto al aumento en las precipitaciones.
Durante esa época se pueden observar más de 200 especies de flores de corta estatura que durante años permanecen escondidas bajo tierra seca para emerger victoriosas cuando reciben la lluvia, la gran mayoría de carácter endémico. Florecen de manera no simultánea durante el periodo en que se produce el fenómeno. La vegetación renace en periodos largos, y a esto se le suma la aparición de animales como vacas, aves, avispas, coleópteros y reptiles. El proceso de floración no se da al mismo tiempo, sino de manera gradual. Hasta mediados de septiembre se prevé el punto máximo de diversidad; aunque se espera que hasta octubre o noviembre se pueda tener una floración, no con alta intensidad ni densidad, pero sí bastante abundante. No obstante, el brote se da particularmente en las zonas con influencia costera y al interior.
De acuerdo con expertos chilenos de la Corporación Nacional Forestal, para este año se espera que ocurra uno de los más espectaculares de los últimos 20 años gracias a la cantidad de lluvia que ha caído durante los últimos meses. Es por eso que se ha ejecutado una importante campaña de marketing. A través de distintas agencias de viajes en Latinoamérica se pueden encontrar muy buenas ofertas de vuelos, hospedaje, renta de autos, excursiones, y toda clase de actividades como paseos en bicicleta, picnics.
Anteriormente, el desierto se inundó de flores en el 2015. Sucedió de manera excepcional, pues ocurrió dos veces en el año: entre los meses de abril y mayo, y entre septiembre y octubre. Hasta el momento no se tenían registros de comportamiento similar.
El misterioso fenómeno natural continúa siendo un enigma para la comunidad científica. Cada vez que ocurre genera una considerable llegada de turistas, que acuden al desierto de Atacama para simplemente observar el hermoso acontecimiento colorido de la naturaleza. Sin embargo, como es lógico para poder hacerlo existen medidas de protección y conservación del medio ambiente: no se puede dañar la vegetación, pues es muy frágil su capacidad reproductiva y gran parte de ella se encuentra al límite de la extinción. También se prohíbe la circulación de vehículos motorizados, y la caza de aves nativas.
