Una boda mágica en medio del océano
Cada día la humanidad da muestras de los más impactantes y curiosos hechos, la inventiva actual ha llegado lejos en su intento de hacer cada vez más florido el estilo de vida de las personas y esas experiencias habituales de la vida, cada vez más bellas y novedosas. Múltiples son los estilos que han surgido en estos días para esas ocasiones especiales que se dan en la vida, dígase de las graduaciones, los matrimonios, el nacimiento de un nuevo miembro de la familia o el bautizo de estos.
El arte, la cultura y ¿por qué no?, también las últimas tendencias exóticas e impactantes se ponen de manifiesto últimamente en la mayoría de estos eventos. Así vemos sin escandalizarnos como actualmente una graduación escolar tiene el mismo estilo que un baile sacado de un cuento de hadas, como en una boda tanto la novia como las damas de honor van todas ataviadas de negro y con collares de afilados adornos metálicos, como un nacimiento puede darse por puro entretenimiento, en una isla desierta o incluso bajo el agua y así millares de hechos y costumbres que tienen cabida en esta cada vez más avanzada sociedad.
Ejemplo factible de ello es el casamiento más espléndido hasta ahora visto en el Caribe. Cuando un organizador de bodas le explicó a Susana Zamos que su sueño de casarse en medio del océano era prácticamente imposible, ella pensó en cambiar la sede del evento y bajar un poco el nivel de su imaginación y sus deseos de una boda fuera de serie. Pero afortunadamente ella y su prometido Jovany conocieron a la fotógrafa Sol Tamargo, una de las profesionales de la lente que se decanta por la fotografía como arte propiamente dicho y a quien le encantan esas ideas exóticas donde pueda tener cabida la fotografía experimental. A Sol Tamargo le pareció el proyecto de un casamiento en medio del océano una idea fantástica y los convenció de hacerlo, pues todo sueño puede hacerse realidad en esa ocasión única de la vida.
El reto que conllevaba tamaño proyecto era el de transportar a cien invitados en solamente dos botes y un catamarán por el aclamado mar de Cozumel, México, un paisaje de impact. Allí, la fotógrafa podría conseguir las imágenes más sorprendentes de ese momento tan especial para Susana y Jovany. Para lograrlo, utilizaron un dron que se movía por todas partes para captar las mejores imágenes de la pareja y los invitados rodeados por el mágico mar del Caribe. Además, y por supuesto, la fotógrafa asistió a la ceremonia vestida con traje de buzo y cargada con una cámara acuática, con la que logró sumergirse y comenzó a hacer su magia de plasmar el momento más romántico de esta pareja que rompió con los estilos de las bodas hasta ahora conocidas.
La novia, Susana quería lucir como una sirena, por lo que utilizó un hermoso vestido color rosa diseñado por Maggie Sottero que la hizo ver espectacular y justo como ella deseaba en ese momento tan hermoso para cualquier fémina. Un total de ocho fotógrafos estuvieron trabajando en la boda acuática para poder capturar cualquier detalle de esa ceremonia especial en medio de las aguas profundas del Caribe.
Susana confesó que ama el mar, pues creció cerca de la playa y siempre tuvo una piscina en el patio trasero de su casa, por lo que sus días más felices siempre fueron en el agua y también por ello decidió pasar su días más especial, el de su casamiento, también en contacto con las mágicas aguas que siempre la rodearon. Los invitados estaban asombrados ante el precioso despliegue de los botes y catamaranes en medio del Caribe, que los llevaron a un paseo especial que probablemente nunca olvidarán.