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domingo, 15 de octubre de 2017

Aprender a vivir con apnea del sueño

Por Jacky

La apnea del sueño afecta a entre un 4 y un 6 por ciento de los hombres, y a entre un 2 y un 4 por ciento de las mujeres adultas, y en el caso de los ancianos, hasta al 20 por ciento. Si bien el SAHS es más frecuente en hombres que en mujeres, a partir de una cierta edad, fundamentalmente durante la menopausia, la frecuencia en mujeres tiende a igualarse con la de los hombres. La terapia para la apnea del sueño no es curativa, sino paliativa, es decir, está dirigida a aliviar los síntomas de este trastorno. Existen varios tipos de tratamientos que se aplican en función de la gravedad y pueden incluir cambios en el estilo de vida, dispositivos bucales, cirugía y aparatos para la respiración, de estos el más aplicado y recomendado por los especialistas es el CPAP o Dispositivos de presión Aérea Positiva.

El llamado Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño (SAHS), más conocido como apnea del sueño, es el más frecuente de los trastornos respiratorios que ocurren durante el sueño. En este trastorno, la respiración se interrumpe o se hace muy superficial, con interrupciones que pueden durar desde pocos segundos a minutos y ocurrir más de 30 veces por hora. La apnea del sueño afecta a entre un 4 y un 6 por ciento de los hombres, y a entre un 2 y un 4 por ciento de las mujeres adultas, y en el caso de los ancianos, hasta al 20 por ciento.

Si bien el SAHS es más frecuente en hombres que en mujeres, a partir de una cierta edad, fundamentalmente durante la menopausia, la frecuencia en mujeres tiende a igualarse con la de los hombres. En el caso de los adultos, la frecuencia se encuentra en torno al 25 por ciento en edades avanzadas, que van desde 60 hasta los 80 años. Sin embargo, solamente entre un 5 y un 10 por ciento de las personas que padecen ese síndrome han sido diagnosticados y tratados.

La terapia para la apnea del sueño no es curativa, sino paliativa, es decir, está dirigida a aliviar los síntomas de este trastorno. Existen varios tipos de tratamientos que se aplican en función de la gravedad y pueden incluir cambios en el estilo de vida, dispositivos bucales, cirugía y aparatos para la respiración, de estos el más aplicado y recomendado por los especialistas es el CPAP o Dispositivos de presión Aérea Positiva.

Según Eusebi Chiner, neumólogo y coordinador de SeparPacientes, cuando se comparan dos poblaciones, unos que llevan CPAP, que es el tratamiento de elección de la apnea, y otros que no, los que no la llevan se mueren antes. El CPAP actúa inyectando aire a presión, lo que elimina el bloqueo y garantiza el paso del aire, sin embargo tiene la incomodidad de la máscara, la presión del aire, el compresory la tubuladura.

Aunque Chiner señala que actualmente no se puede cambiar la naturaleza de la dolencia, por lo que es necesario que los pacientes acepten la enfermedad y sigan la terapia para reducir el impacto en la calidad de vida y las consecuencias que puede provocar a largo plazo, como infarto de miocardio o ictus, entre otras.

En lo relativo a los pasos a seguir para conseguir un tratamiento certero, el especialista explica que los pacientes con apnea del sueño que deban usar CPAP, deben verlo como una oportunidad, pues el CPAP da la oportunidad de alargar la vida del paciente.

El Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño está ligado a factores como la obesidad en los adultos o el aumento del tejido de las amígdalas en niños. Según especialistas de SeparPacientes, el 80 por ciento de los pacientes con apnea del sueño son obesos. Es por ello que entre las principales medidas para prevenir la enfermedad están perder peso, aplicar determinadas medidas higiénico-dietéticas, realizar ejercicio físico, etc. También se aconseja dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol ayudan a prevenirla.

Cuando el sueño se interrumpe durante la noche, puede estar somnoliento durante el día. El síndrome de apnea obstructiva del sueño puede provocar diversas complicaciones para las personas que lo sufren. La hipertensión arterial está presente en el 50 por ciento de los pacientes y es frecuente la aparición de arritmias durante el sueño. También aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares, como el ictus y el infarto de miocardio. Asimismo, la somnolencia diurna está involucrada en un mayor riesgo de sufrir accidentes de tráfico o laborales, y también es común la impotencia y disminución de la libido entre estos pacientes.