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miércoles, 4 de octubre de 2017

Trump aconseja no abrir ahora el debate sobre las armas

Por Nilyam

Los sangrientos hechos de La Vegas no han hecho al presidente Donald Trump considerar el debate sobre el control de las armas de fuego en Estados Unidos, un país donde existen en las calles más armas que personas, y donde las masacres masivas, cada vez más frecuentes, empañan la imagen de esta potencia mundial. No deja de sorprender entonces esta decisión del magnate, que resulta contradictoria ante la situación que en este sentido está viviendo el país, pero que al mismo tiempo responde a intereses concretos de los empresarios de la industria armamentística que tantos ingresos reporta a esa nación. Trump ha evitado hablar del tema mientras se encontraba a bordo del Air Force One, cuando regresaba de su viaje a Puerto Rico, país afectado gravemente por el huracán María.

El presidente estadounidense ha dicho que “quizá” ese debate se abra “en algún momento”, pero no ahora, justo cuando la sociedad espera declaraciones del máximo representante de la Casa Blanca. Es otro cubo de agua fría que el magnate ha echado a su propia sociedad, todavía estupefacta y dolida por los recientes hechos de Las Vegas, en donde se produjo un tiroteo que ocasionó la muerte a más de 50 personas y más de 500 heridos que asistían a un concierto de música al aire libre que tenía lugar en las cercanías del hotel casino Mandalay Bay. Mientras, una decena de los heridos se encuentra en estado crítico. Y lo peor es que esta masacre no puede asociarse con elementos terroristas como el ISIS, sino que fue un simple ciudadano norteamericano llamado Stephen Paddock, de 64 años, que tenía un arsenal de armas en su casa.

De esta forma, el contradictorio mandatario consideró que no era el momento para hablar sobre el asunto. “Igual llegará” más adelante, pero ha insistido en que “ahora no”, según ha recogido The Wall Street Journal. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha respaldado estas declaraciones de Trump. Y las justificaciones se sustentan en que este momento no resulta propicio para abrir el debate en torno a un tema tan polémico como este, cuando la nación se encuentra “de luto” por lo sucedido. “Creo que una de las cosas que no queremos es aprobar leyes que no logren evitar que este tipo de situaciones se repitan”, dijo Sanders, y puso el ejemplo de Chicago, donde hay unas 4.000 víctimas anuales vinculadas al empleo de armas y sin embargo tienen una de las leyes más rígidas sobre el control de armas, lo cual no ha cambiado nada. 

Nuevamente el líder norteamericano le ha dado la espalda a un reclamo histórico de una parte del pueblo estadounidense: prohibir o implementar leyes más rígidas en torno a la posesión de armas. La interrogante entonces tiene que ver sobre cuántos hechos tienen que ocurrir de esta índole para que los políticos de ese país implementen políticas que solucionen este gran problema que enfrenta esta sociedad, cuyos intereses evidentemente no coinciden con las de los magnates de la industria armamentística. Y al final Trump es empresario, así que es evidente que posición adoptará ante el tema. Si el pueblo norteamericano no toma cartas en el asunto, seguirán las armas en la calle, y con ellas, las masacres.