365 días del accidente del Chapecoense
Al despuntar el alba del 29 de noviembre de 2016, el mundo se estremecía ante una trágica noticia: un avión de la aerolínea boliviana Lamia Corporation con setenta y siete personas a bordo, entre ellas el equipo de fútbol Chapecoense de Brasil, se estrellaba esa madrugada cuando se aproximaba al aeropuerto José María Córdova de la ciudad colombiana de Medellín. La cifra de muertos se elevó hasta setenta y uno, o sea, solo 6 personas lograron sobrevivir, aunque arrastrarían de por vida secuelas físicas y/o sicológicas. Ya ha pasado un año de este fatídico hecho y la angustia y el dolor aún son palpables en Brasil.
La aeronave, con matrícula CP2933 RJ 80, salió de Brasil, hizo una escala en el aeropuerto Viru Viru, de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y debía haber llegado a Medellín hacia las 21.33 horas locales del día 28 de noviembre, pero perdió contacto con la torre de control cuando volaba entre los municipios de La Ceja y La Unión. Entre los pasajeros se encontraban 22 jugadores de la escuadra brasileña Chapecoense, más los acompañantes y servicio técnico y varios periodistas, así como 9 tripulantes de de nacionalidad boliviana. La final de la Copa Sudamericana, que debía disputarse entre el club carioca y el Atlético Nacional colombiano, se vio interrumpida por tan lamentable hecho.
Posteriormente, en un gesto solidario y respetuoso, se les concedió a los brasileños el título de la Copa, intento que apenas pudo mitigar el dolor. Toda la plantilla del Chapecoense falleció en el accidente, excepto tres jugadores que consiguieron salvar la vida milagrosamente. Ellos son Alan Ruschel, Jakson Follman y Neto, de los que sólo el primero ha vuelto a jugar. Además de ellos, otras tres personas consiguieron burlar a la muerte: el periodista Rafael Henzel, la azafata Ximena Suárez y el técnico de vuelo Erwin Tumiri. Llegaron a ser siete los supervivientes, después de que Danilo Padilha fuera rescatado con vida de entre los restos del fuselaje, pero acabaría por perecer en el hospital como resultado de sus heridas. Este jugador había sido uno de los grandes héroes del equipo, uno de los responsables principales de meter a su club en la gran final gracias a su actuación en octavos ante Independiente y, especialmente, frente a San Lorenzo en semifinales.
Cuando se conmemora el primer aniversario de la tragedia, las causas de la caída del vuelo 2933 de LaMia, con todo el plantel del Verdao, están más que aclaradas: negligencia del piloto y desabastecimiento de combustible de la aeronave. Sin embargo, existen muchas interrogantes acerca de los verdaderos responsables. Las investigaciones de los expertos determinaron que el avión cayó por una irresponsabilidad total del piloto y dueño de la aerolínea, Miguel "Myke" Quiroga, quien no se reabasteció y dejó sin combustible al avión.
Aunque se conoce el motivo del desastre, existen muchas dudas sobre los auténticos culpables. En primera instancia, no se puede explicar cómo la aerolínea LaMia Corporation SRL obtuvo su habilitación por parte de las autoridades gubernamentales de Bolivia en 2015, a pesar de que había sido rechazada por su país de origen, Venezuela, donde fue creada en 2009. También resulta incongruente la autorización de despegue del vuelo 2933 de LaMia, debido a que existían numerosas irregularidades en el plan de vuelo presentado por el expedidor de la aerolínea Alex Quispe, de acuerdo con declaraciones de Celia Castedo, expedidora de vuelos de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea en el aeropuerto Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Castedo se encuentra actualmente refugiada en Brasil por amenazas de muerte.
De igual manera, resulta llamativo que Bolivia no haya atendido al pedido de la Fiscalía de Brasil que, dentro del expediente abierto en investigación del caso, solicitó oficialmente todos los documentos inherentes a la compañía LaMia Corporation SRL y al vuelo 2933. Por último, resulta sospechoso que no se pueda conocer con exactitud quiénes son los verdaderos dueños de la compañía LaMia Corporation SRL, ya que en Bolivia fue constituida por Miguel Quiroga, el piloto fallecido en la tragedia y Marco Antonio Rocha, también piloto y actualmente prófugo de la Justicia. No obstante, quien pagaba todas las facturas y las cuentas de la aerolínea era la venezolana Loredana Albacete, hija de Ricardo Albacete, dueños originales de LaMia en Venezuela.
A un año del siniestro se recuerda con profundo dolor a todos los fallecidos. Sus familiares y todos los afectados persisten en su lucha por aclarar todos estos espacios en blanco que tras 12 meses persisten y empañan su memoria.