Chile, a balotaje
Una vez, más el ocupante del Palacio de La Moneda se decidirá en segunda vuelta o balotaje. Los contendientes Sebastián Piñera (centro derecha) y el representante de la centro izquierda, Alejandro Guillier se medirán el próximo 17 de diciembre. Tras revisar el casi el 100 por ciento de los votos ambos aspirante pasaron a verse las caras de nuevo. Una rápida lectura a los comicios del pasado domingo en Chile muestran lo que se temía: la vuelta de la derecha más radical está a la esquina. Y no es solo una frase. Los números del Servicio Electoral de Chile así lo confirman.
Según el ente electoral, el empresario y ex presidente de la nación sudamericana -Piñera- sacó 36,64 puntos porcentuales. Esa cifra no se acercó ni jugando a lo que pronosticaron las encuestadoras que le daban por lo menos ocho puntos más. Su contendiente, el sociólogo y periodista independiente vinculado con la gobernante Nueva Mayoría (NM) alcanzó apenas un 22,70 por ciento de los votos; eso sí, tres más de los pronosticados. La ley electoral en la nación sudamericana establece que si ningún candidato obtiene el 50 por ciento más un voto necesario tiene que realizarse la segunda vuelta. En el balotaje se requiere entonces una minoría para declararse ganador y nuevo presidente de Chile.
De los ocho aspirantes presidenciales la gran sorpresa fue la periodista Beatriz Sánchez. La comunicadora presentó al Frente Amplio (FA) y obtuvo 20,27 por ciento del total de votos. Fue sorpresa de la jornada electoral porque se ubicó a apenas 2 puntos porcentuales de haber sido la contendiente de Piñera en la segunda vuelta.
Como siempre la gran ganadora fue también la abstención. El Servicio Electoral chileno informó que en la jornada votaron menos de la mitad de los 14 millones de ciudadanos habilitados para ejercer ese derecho.
En sus primeras declaraciones a la prensa luego de conocerse los resultados Piñera dijo que siempre anticipó una segunda vuelta reñida.
Se espera que para el 17 de diciembre busque el apoyo del diputado ultraconservador José Antonio Kast. Este último contempló un programa de gobierno que incluía liberar a violadores de Derechos Humanos de los tiempos de Pinochet (1973-1990), autorizar tener armas en las casas para defenderse y anular la ley de aborto en tres causales.
Si Piñera quiere repetir en el puesto seguro buscará el apoyo del centrista Partido Demócrata Cristiano y también puede tomar las diferencias internas de la izquierda y tomar esos votos para él.
