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lunes, 13 de noviembre de 2017

Ezekiel Elliot vs. NFL, ¿quién ganará finalmente el duelo legal?

Por Miguel

Las suspensiones que recibieron el corredor estrella de los Cowboys de Dallas, Ezekiel Elliot, y el pelotero cubano Yuly Gurriel, campeón de la Serie Mundial con los Astros de Houston, muestran que tanto la NFL como la MLB están obligadas a recurrir a fuertes castigos para centrar precedentes y evitar que sus jugadores se vean envueltos en casos de violencia doméstica, como sucedió con Elliot, o realicen expresiones que puedan interpretarse como “racistas”, como lo hecho por Gurriel durante un partido contra el lanzador japonés Yu Darvish, de los Dodgers de Los Ángeles. En el caso de Elliot, sus abogados trataron, una y otra vez, de prorrogar la entrada en vigencia de la sanción; mientras, Gurriel pudo terminar su participación en el Clásico de Otoño; pero se perderá los cinco primeros juegos de la temporada 2018, en los que tampoco recibirá dinero.

La violencia doméstica y las muestras de racismo preocupan y, al parecer, ocupan cada vez a más a los directivos de las principales ligas profesionales en Estados Unidos. Las sanciones impuestas a uno de los corredores más seguidos en la NFL, Ezekiel Elliot, de los Cowboys de Dallas y al pelotero cubano Yuliesky Gurriel, campeón de la Serie Mundial 2017 con los Astros de Houston, en la MLB, muestran que, aunque los castigos sean de solo seis y cinco juegos respectivamente, estas ligas quieren sentar un ejemplo para evitar casos similares que dañan la imagen del deporte.

Ezekiel Elliot tuvo una gran temporada 2016-2017 con los Cowboys de Dallas. El corredor novato rompió todos los esquemas y cautivó a la liga con su explosividad y capacidad para anotar touchdowns, no solo por tierra. La unión de Elliot con otro formidable debutante, el mariscal de campo Dak Prescott, fue clave para que los Cowboys quedaran bye en la primera ronda de playoffs de la NFL. Luego, los Cowboys perdieron en el partido divisional ante los Packers; pero, de cualquier forma, los fanáticos quedaron con la impresión de que podían esperar, en el futuro, mucho más de Elliot.

Pero resulta que, poco antes de que arrancara esa campaña, en julio de 2016, Elliot había agredido físicamente a su entonces novia, Tiffany Thompson. Ella alegó que el atleta la atacó hasta en cinco ocasiones diferentes. En realidad, Elliot nunca fue arrestado y, en ese momento, los fiscales decidieron no acusarlo, porque encontraron incongruencias en las declaraciones de la chica; sin embargo, la NFL abrió una investigación y, un año después del incidente, los asesores independientes de la liga concluyeron que existían pruebas que apoyaban el testimonio de Thompson. En casos de violencia doméstica, la NFL establece una sanción mínima de seis partidos.

El cuerpo de abogados de los Cowboys utilizó todas las argucias legales para postergar, una y otra vez, el cumplimiento de la sanción. Para el equipo, la presencia de Elliot en el terreno era muy importante en sus aspiraciones de avanzar a los playoff; pero el culebrón en los tribunales de “Zeke” parece que terminó y, finalmente, el jugador tendrá que estar fuera durante seis semanas.

El “chinito” de Gurriel

En el tercer juego de la Serie Mundial 2017, ganada por primera vez en la historia por los Astros de Houston, el cubano Yuli Gurriel aprovechó una recta del lanzador japonés Yu Darvish y conectó un largo cuadrangular por el jardín izquierdo. Los Astros, especialmente José Altuve y Carlos Correa, celebraron eufóricamente el batazo con Gurriel en el banco. En ese momento, el cubano tuvo la desafortunada idea de llevarse las manos al rostro y alargarse los ojos, mientras murmuraba “chinito”, en clara burla a Darvish. El escándalo, sobre todo entre los fanáticos de los Dodgers de Los Ángeles, fue enorme.

El Comisionado Rob Manfred decidió que el gesto de Gurriel tuvo un matiz racista y aplicó un castigo de cinco partidos, sin recibir remuneración económica, por lo que el cubano no podrá comenzar la campaña 2018 con los Astros y dejará de recibir una cifra cercana a los 300 mil dólares.

La acción del cubano tuvo una amplia repercusión. En los partidos 6 y 7, en Los Ángeles, los fanáticos se encargaron de mostrar, con chiflidos, su desaprobación. Los compañeros de Darvish también expresaron, abiertamente, su repudio al hecho. Gurriel pidió disculpas y trató de contactar, de manera directa, al japonés, pero este se negó. Entonces, el cubano optó por, en medio del séptimo juego, quitarse el casco y saludar a Darvish. Los chiflidos continuaron, pero, sin dudas, Gurriel logró aplacar algo, con esta disculpa, las críticas. No obstante, la suspensión seguirá en pie y el “chinito” de Gurriel quedará como uno de los momentos olvidables del Clásico de Otoño 2017.