Lo mejor para la diabetes es la vida saludable
Este 14 de noviembre se celebrará, como cada año, el Día Mundial de la Diabetes, una enfermedad importante que puede ser delicada si no se atiende. Desde el año 1980 hasta la actualidad, el número de personas aquejadas con este padecimiento en el mundo se ha incrementado casi en cuatro veces. Constituye, por tanto, un aspecto importante que debemos tener presente, atender, combatir, curar, y prevenir, antes de que se convierta en un aún más grave problema de salud mundial. La clave está en asumir un estilo de vida saludable, con medida, dieta y ejercicio.
De acuerdo con las estadísticas, ya en el año 2014 en el mundo había 422 millones de personas adultas con diabetes, y en cambio en 1980, tan solo 34 años antes, había 108 millones de enfermos, esto quiere decir que algo estamos haciendo mal para los índices estén variando tan apresuradamente. Otro dato interesante y que indica alarma es la proporción de la cantidad de personas que la sufren con respecto al total de la población. En la actualidad estos son valores que prácticamente se han duplicado, ha pasado del 4,7 por ciento al 8,5 por ciento en los adultos. Tal prevalencia ha subido más rápido en países de bajos y medianos ingresos, lo cual indica que es una enfermedad asociada al estilo de vida, y que se puede evitar, o en todo caso, moderar.
¿De qué se trata la diabetes? Resumiendo, la diabetes es una enfermedad crónica provocada por el mal funcionamiento del páncreas cuando no puede producir la insulina suficiente, aunque también puede suceder porque el cuerpo no consigue utilizar adecuadamente la insulina que produce. Por su parte, la insulina es la hormona dedicada a regular el azúcar en la sangre para que sea usada como energía. De modo que cuando no se puede controlar, el nivel de glucosa en el torrente sanguíneo es demasiado alto y no es capaz de llegar a las células.
Con el paso del tiempo tanto exceso de glucosa en sangre puede causar importantes problemas de salud, pueden resultar dañados órganos como el corazón y los riñones, también los vasos sanguíneos y los ojos; y ese deterioro en el corazón y en los vasos sanguíneos puede causar, incluso, derrames cerebrales y neuropatías; y los daños en los ojos pueden causar glaucuma y ceguera.
Otras consecuencias son la disfunción sexual y la ateroesclerosis. Sin embargo, aunque la diabetes no tiene cura, ya cuando las personas están enfermas pueden tomar medidas para controlarla y mantenerse lo más sanas posible. Existen varios tipos de diabetes, y todos pueden traer complicaciones para el organismo e incrementar el riesgo de muerte prematura. Un factor vulnerable es que la diabetes puede provocar el acrecentamiento de factores de riesgo asociados como el sobrepeso; pero gran parte pudiera prevenirse si se mantiene una dieta saludable, complementada con una actividad física regular, y un adecuado peso corporal.
Muchos desconocen que el hábito de fumar con diabetes puede ser peligroso porque precisamente el tabaco aumenta el riesgo de padecer problemas relacionados con la enfermedad. Es por eso que los médicos insisten en que los diabéticos fumadores abandonen el vicio y de ese modo puedan mejorar el flujo sanguíneo, sus niveles de colesterol, así como su presión arterial.
Cada año las Naciones Unidas hacen un llamado a sus Estados Miembros para que elaboren políticas encaminadas a prevenir y tratar la diabetes, en vías de cumplir con el Objetivo de Salud y Bienestar de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, uno de los aspectos imprescindibles para garantizar una vida sana para todos en el mundo.