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miércoles, 29 de noviembre de 2017

María enseñó la pobreza en Puerto Rico

Por Marta A.

Todas las cosas que dejó María, la terrible, el huracán que estremeció los cimientos de Puerto Rico tras su paso, podrían resumirse en una única palabra: pobreza. Esa que parapetada tras los esplendorosos follajes verdes, las grandes autopistas o las colosales edificaciones metropolitanas en la Isla del Encanto, era una realidad otra, o más bien oculta. Tras María, el índice de pobreza rebasó el 52, 3 % de la población, y ha dejado desconcertados a no pocos.

Pero para muchos altos ejecutivos de la isla, María vino a ser el esclarecedor o revelador detonante que dejara al descubierto, tras sus daños el verdadero rostro de pobreza de esta isla del Caribe, que ha estado sometida a la dominación colonial de Estados Unidos desde hace ya 119 años.

La tasa de pobreza se incrementó de 44,3 por ciento a 52,3 por ciento, con el azote del fenómeno atmosférico el pasado 20 de septiembre, ha dicho la Universidad de Puerto Rico (UPR), en su campus de Cayey (centro) sobre la verdadera situación socioeconómica de la nación.

Es digamos, la crónica de una muerte anunciada, como dijera el escritor, pues el huracán solo aceleró lo que ya era una realidad y tendencia en el país boricua, sugieren los datos trabajados por el Centro de Información Censal (CIC) de la UPR-Cayey, los cuales muestran que la tasa de pobreza el 9,0 por ciento de aquellas personas que antes del meteoro vivían con ingresos cercanos a la pobreza, en los meses después a este, han caído bajo el nivel de pobreza.

Lo que sucede es que ahora la realidad es más evidente, pues muchas de las personas que laboraban antes de que los huracanes Irma y María tocaran tierra boricua, con apenas dos semanas de diferencia, han visto reducidos sus ingresos y aumentar al mismo tiempo los gastos, pues o bien trabajan menos horas como consecuencia de la falta de energía eléctrica o perdieron el empleo que les proveía el sustento.

Para José Caraballo, quien es el director del CIC, el huracán María vino a exacerbar los niveles de pobreza en Puerto Rico, por lo que a su juicio es más que probable que actualmente al menos la mitad del país esté por debajo de los niveles de pobreza. Y puede empeorar. Los pronósticos hablan de que en la medida que la recuperación del país se alargue y muchas más personas pierdan sus ingresos a empleos, es probable que las 254 mil 905 personas, cuyos ingresos oscilaban entre un 25 y 50 % superior al nivel de la pobreza, caigan también por debajo de este umbral, lo cual elevaría la tasa hasta un 59, 8 %.

Como dato adicional, el economista sostuvo que es altamente preocupante que, al distribuir la población por edades, se evidencie que la tasa de pobreza más alta en el año 2016, tanto para los hombres como para las mujeres, fue de 57 por ciento para la población de 17 años de edad o menos, con profundas disparidades en cuanto a la pobreza infantil por municipios, grupo etario que aún sin considerar los embates de los huracanes, tiende a ser el más vulnerable cuando se separa la pobreza por edad.

El proceso de recuperación del país, debe priorizarse en aquellos municipios donde de cada diez niños hay siete u ocho sumidos en la pobreza, reclamó el experto.

Mientras, en todo este panorama pesa el hecho de la indefensión de Puerto Rico, que no puede contar sin miramientos con Estados Unidos, una potencia con una economía en el undécimo año en caída libre, una insuficiencia fiscal superior a los siete mil millones de dólares y además una deuda pública que rebasa los 73 mil millones de dólares; pero, y lo más bochornoso, con un presidente que poco asunto le ha prestado a la pobreza boricua, incluso antes de que María la sacara al aire libre.