Reflexiones sobre la violencia por orientación sexual
Aunque el movimiento en favor de la diversidad sexual se ha convertido en las últimas décadas en un actor político fundamental para la promoción de una sociedad igualitaria, tolerante e inclusiva y se puede considerar que ha sido exitoso gracias activismo, puesto que la legislación y la jurisprudencia internacional han comenzado a reconocer los derechos humanos de ese grupo. Sin embargo los prejuicios, la discriminación y la violencia por orientación sexual persisten incluso en países donde las relaciones entre personas del mismo sexo están legalizadas, pero no son socialmente aceptadas. Pero incluso esta discriminación es más fuerte o más profunda en países donde no están legalmente protegidos o pueden ser inclusos penados por su orientación sexual.
En primer lugar la orientación sexual se refiere a la capacidad de cada persona de sentir una atracción profunda a nivel emocional, afectivo y sexual hacia personas del mismo sexo, del sexo contrario o de ambos. La homosexualidad se define como esa atracción por personas del mismo sexo y la bisexualidad por ambos sexos, son precisamente estas personas quienes más sufren la violencia de este tipo por orientación sexual. Ahora bien la discriminación por motivos de orientación sexual se puede definir como ´´Toda acción u omisión que tiene por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir o menoscabar el ejercicio o goce de los derechos humanos y libertades de una persona o un grupo de personas que tienen una orientación sexual determinada’’, que normalmente es hacia las personas homosexuales y bisexuales.
Esta discriminación se expresa a través de actos de violencia verbal, psicológica y física, llegando incluso los victimarios a cometer crímenes de odio. Actos que en muchas ocasiones son invisibilizados porque no son reportados a las autoridades ya que las víctimas sienten temor, no solo al victimario, sino también al estigma de que se revele su homosexualidad, al igual que una falta de confianza en el sistema de justicia u otras instituciones que o respaldan este grupo de personas cada vez más grande.
Las causas de la discriminación y la violencia por motivos de orientación sexual son disimiles, pero considero que la principal es el sistema patriarcal y heterosexista presente en la mayoría de las sociedades e incluso en la nuestra. Donde se otorgan determinados roles y funciones basados en el sexo con el que nacen las personas, sin tener en cuenta la diversidad ya que se basa en un sistema binario de hombre o mujer, encima heterosexual, por lo que cualquier otra forma de identificación u orientación es rechazada, discriminada y estigmatizada por la sociedad.
Una sociedad heteronormativa es básicamente un régimen social, político y económico cuya única forma aceptable y normal de expresión de los deseos sexuales, así como la propia identidad es la heterosexualidad. Esto quiere decir que tanto las preferencias sexuales como los roles y las relaciones que se establecen entre los individuos dentro de la sociedad, deben darse en base al binario ´´masculino-femenino’’ teniendo que coincidir siempre con el sexo biológico con la identidad de género y todas las representaciones y prácticas asignadas a este.
Es la homofobia otra de las causas de la violencia por orientación sexual, aunque consideramos que todas las causas se derivan de la principal que se mencionaba anteriormente. La homofobia es el término que se aplica a las conductas de condena y rechazo de la homosexualidad, algunos psicólogos la han definido como el miedo irracional y persistente hacia los homosexuales. Prejuicio o intolerancia suelen ser las descripciones más precisas del odio o la antipatía hacia las personas LGBTI. La desigualdad basada en la orientación sexual sexual se manifiesta en los prejuicios hacia las personas de la diversidad sexual y en diferentes actos que van desde burlas y las palabras ofensivas hasta las agresiones físicas y los crímenes de odio por homofobia.
La homofobia interpersonal, que surge cuando el prejuicio personal transita a las actitudes discriminatorias (chistes, agresión verbal o formas de extrema violencia) afectando la relación entre las personas en diferentes espacios: laboral, educativo, familiar, etc.). Se encuentra también la homofobia institucional que parte de diversas instituciones como son las educativas, religiosas, de investigación, empresariales y profesionales que ejercen presión sobre la preferencia, orientación e identidad de los homosexuales, se manifiesta esta discriminación o violencia cuando se niega el derecho a la adopción, al matrimonio, cuando se les niega el acceso al empleo, los servicios de salud o de educación, entre otros. Y por último la homofobia cultural que se define como las normas sociales o códigos de conducta que sin estar expresamente inscritos en una ley o un reglamento funciona en la sociedad para legitimar la opresión.
En el caso de la homofobia institucional influye significativamente la ausencia en muchas sociedades, incluyendo la nuestra de políticas o una legislación lo suficiente sólida que permita la protección e inclusión de la comunidad LGBTI. Por lo que constantemente se producen actos de discriminación y otros tipos de violencia por parte de las autoridades policiales, los servicios públicos como la salud, donde los tratan con desprecio y humillación e incluso les llegan a negar el servicio, el acceso a formas de empleo dignas, etc.
La violencia por orientación sexual es un problema que también afecta a la infancia, ya que aquellos niños que desarrollan su orientación sexual de una forma diferente a al modelo social tradicional presentan dificultades en la adolescencia. Los niños y adolescentes cuyos padres son LGBT también corren el riesgo de ser discriminados. Los niños LGBT tienen más riesgo de sufrir violencia, acoso y hostigamiento sobre todo en el entorno escolar en comparación con niños heterosexuales de la misma edad. Las investigaciones han confirmado que estos niños corren más riesgo de infligirse daño a sí mismos incluyendo tentativas de suicidio a menudo como consecuencia del aislamiento y hostigamiento que sufren.
En primer lugar existe la necesidad de establecer una protección legal a la comunidad LGBT de forma explícita. Se hace necesario por tanto la inclusión y protección de estos grupos por ejemplo en el código de familia, permitiéndoles unirse legalmente y adoptar. Es absolutamente necesaria una mayor y adecuada educación de la población en temas de sexualidad que permita conocer la existencia de una diversidad de formas del ejercicio de la sexualidad y de construcción de la identidad y la importancia de reconocer que la diversidad cultural no se acaba en lo étnico o religioso sino que incluye también lo sexual. Por lo tanto se hace necesaria la inclusión de estos temas en la educación de niños y adolescentes donde no solo es importante el tema de la salud sexual y reproductiva sino también de la diversidad.