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martes, 9 de enero de 2018

Bale y Keylor salvan un punto en Balaídos

Por Aliet Arzola

El Real Madrid marcha con paso firme de naufragio, luego de comenzar el 2018 como mismo culminaron el 2017, sin identidad en su juego, con muy poca pólvora y permanentes desatenciones defensivas. Así solo salvaron un empate ante el Celta de Vigo, que volvió a raspar un empate contra un grande en menos de una semana, pues en la ida de los octavos de final logró la igualada ante el Barcelona.

En un partido de intermitencias, el Madrid no pudo completar la labor pese a que estuvo casi una hora en ventaja gracias dos goles de Gareth Bale, de los pocos hombres salvables del once presentado por Zidane en Balaídos. El galés rescató a los blancos con par de dianas en cinco minutos, ambas con definiciones precisas contra el arquero Rubén Blanco, quien no pudo adivinar las intenciones del veloz atacante, muy comprometido y sacrificado en el campo luego de varios meses alejado de la alta competencia. Bale coronó dos magníficos pases filtrados de Toni Kroos e Isco Alarcón, el primero tras un contraataque y el segundo por una combinación a espaldas de la defensa.

Los goles de Bale devolvieron la vida al Madrid, que pese a controlar la pelota en el primer cuarto de hora sufrió un remate al palo de Iago Aspas y después un gol de Wass, espléndido con una vaselina desde fuera del área. El danés hizo un movimiento perfecto por la derecha, donde lo visualizó Iago Aspas en el segundo toque de un contragolpe fugaz que dejó muy mal parada a la defensa merengue. En sentido general, Aspas le hizo más de un descocido a la zaga blanca, que sufrió con la generación del español, muy activo en todos los frentes. Sus toques fueron sublimes y creció con el partido, sin importar el desgaste por la intensa presión y por el partido anterior que había desarrollado ante el Barcelona en la Copa.

La única mancha en el partido de Aspas fue el penal que falló a falta de 20 minutos para el final del partido, cuando el Celta todavía perdía 1-2. Keylor, tras cometer la pena máxima sobre el propio atacante, después adivinó su intención y detuvo el disparo, que representó el primer penal desperdiciado por Aspas en su historia liguera. No obstante, el conjunto celeste encontró premio poco más tarde, cuando el arquero costarricense no pudo salvar a su defensa, totalmente parada en un centro de Wass desde la derecha que remató en solitario Maxi Gómez en el centro del área.

Ese gol retrató al Madrid, cuyo juego resultó demasiado predecible, con muy pobre generación de tres cuartos de cancha hacia adelante, sector en el que Isco y Cristiano naufragaron, aunque en realidad no recibieron mucho apoyo de los laterales y la pareja de creadores: Modric-Kroos. Ya tras la igualada del Celta quedaba muy poco tiempo y el Madrid, que había desechado la segunda partida con una puesta en escena apática, sin sentido ni rumbo, pagó las consecuencias con un empate que los deja a 16 puntos del Barcelona, con Zidane pendiendo de un hilo.