El nuevo riñón que salvará vidas
A finales de este año tendrá lugar el primer ensayo en humanos el denominado riñón biónico, aparato que permitirá la filtración de la sangre de las personas con dificultades renales. El artefacto está compuesto por elementos orgánicos y electrónicos combinados de forma adecuada para que no cause molestias físicas o problemas más graves en los pacientes que deben recurrir al complicado proceso de hemodiálisis. El aparato es resultado de un largo periodo de investigaciones de un grupo de universidades estadounidenses que se agrupan en el denominado Proyecto Riñón, dedicado buscar alternativas que faciliten las vidas de las personas que padecen enfermedades renales, apoyándose fundamentalmente en los avances tecnológicos.
La hemodiálisis constituye un proceso sumamente arriesgado, el cual consiste en sustituir la función de los riñones, órgano que, de estar sano, disminuye los niveles en sangre de sustancias tóxicas cuando se encuentran en exceso en el organismo. Este proceso es sumamente arriesgado y complicado, ya que este implica la extracción de líquido del cuerpo. Si este procedimiento se realiza en grandes proporciones (se extrae demasiado líquido del paciente) puede provocar numerosos efectos secundarios en las personas que se someten a este tratamiento. Presión arterial baja, mareos, migraña, fatigas, calambres en los pies y dolores en el pecho son algunos de los síntomas que pueden sentir los pacientes de hemodiálisis, de no hacer correctamente el procedimiento. Además también pueden sufrir infecciones que podrían inducir a una septicemia, ya que a estos pacientes se les realiza un acceso vascular para introducir un catéter o sonda, mediante la cual se le realiza la extracción de la sangre, para su posterior filtración. Debido a todas estas complicaciones la hemodiálisis no solo es arriesgada y complicada para los pacientes, sino que además causa numerosas molestias debido a la sistematicidad del proceso. Los enfermos renales deben realizar este procedimiento durante 4 o 8 horas, de 3 a 5 días a la semana, en dependencia del grado de deficiencias que tengan, lo cual resulta extremadamente angustioso, situación que el nuevo artefacto podría atenuar.
Si a estas molestias le sumamos todas aquellas circunstancias externas que pueden influir en que los pacientes no se encuentren en disposición de llegar a un hospital para realizar el proceso de hemodiálisis, el coste, en cuanto a la calidad de vida resulta sumamente alto. En países subdesarrollados, por ejemplo, que existen numerosos problemas de índoles económico y social, los pacientes con deficiencias renales tienen incluso muchos más problemas que las dificultades mencionadas. Dígase circunstancias en relación al transporte, en países donde el transporte público es insuficiente o los familiares no pueden asistirle (trasladándolos al hospital) o simplemente que el paciente se encuentre en cama debido a otras deficiencias orgánicas o físicas que pueda tener. Además también influye el tema económico que, por diversas razones, puede impedir el correcto tratamiento que los pacientes con enfermedad renal debieran tener.
Según William Fissell, fundador del Proyecto Riñón, afirma que el nuevo riñón biónico funcionará de forma natural con el flujo sanguíneo del propio paciente. Con un tamaño similar al de una taza de café, el artefacto permanente, permitirá la filtración de la sangre de forma continua. Advierte además que el dispositivo no será rechazado por el cuerpo del paciente ya que esta fuera de alcance de toda respuesta inmune (las defensas del organismo). El científico señala que el artefacto constituye un microchip, en el que son utilizados los mismos procesos de la nanotecnología. Tendrá 15 capas de elementos electrónicos filtrantes, las cuales funcionarán como la estructura arquitectónica donde se alojarán las células vivas de riñón que también formarán parte del dispositivo, por lo que será un aparato en el que se mezclará la tecnología con los elementos orgánicos del cuerpo del propio paciente. El dispositivo tienen la capacidad de discernir entre los productos nocivos y los beneficiosos para el organismo, luego de filtrar estos elementos, absorberá los nutrientes necesarios y desechará los residuos que el cuerpo no necesite.
El proceso de prueba del denominado riñón biónico en pacientes con deficiencias renales comenzará a finales del presente año y se estima que culmine en el 2020. Las expectativas, en este sentido, son sumamente alentadoras, ya que supone un cambio profundamente radical para las personas que se someten constantemente al doloroso proceso de hemodiálisis. Resulta una alternativa vanguardista que esperemos mejore la calidad de vida de las personas con deficiencias renales.