La "plastificación" de los corales
El contacto de los corales con los abundantes desechos de plástico que se vierten a las aguas del océano podría incrementar las posibilidades de contraer enfermedades para esos organismos, lo cual a la larga puede conducirlos a la muerte. Así lo dieron a conocer investigadores de un equipo internacional a través de una publicación de la revista Science.
La alerta vino tras el estudio de más de 120 000 corales situados en arrecifes de Indonesia, Australia, Myanmmar (Birmania) y Tailandia, hasta sumar unos 159 en total.
Durante la observación, los científicos notaron que los residuos de plástico, tales como tapas de botellas, los propios envases de ese material y otros, están fuertemente poblados por bacterias asociadas con los males que atacan a los corales, como la llamada banda blanca.
De acuerdo con Joleah Lamb, principal investigador del equipo y científico de la Universidad James Cook (JCU), la presencia de esta colonia de microorganismos incrementa las posibilidades de enfermar los corales hasta en un 89 por ciento, sin que se conozca el mecanismo por el cual el plástico se convierte en un receptor ideal para el crecimiento de las mencionadas bacterias.
Lo preocupante es que uno de los principales problemas de contaminación de los mares hoy en día es justamente la alta presencia de desechos de plástico, que se incrementa en lugar de disminuir. Según señaló el propio Lamb, solo en el área de Asia Pacífico se calcula que haya alrededor de 11 100 millones de restos de ese material en los arrecifes coralinos, un número que se prevé aumente en los próximos siete años casi en un 40 por ciento.
Este fenómeno prende las alarmas justo cuando todos los protectores de los corales llamaban la atención sobre el impacto del cambio climático, que se considera como una de las causas del llamado blanqueo de los corales, el cual termina matando a este precioso ecosistema marino.
Un ejemplo de ello es lo que ha sucedido con la Gran Barrera–el mayor sistema coralino del mundo y que está situado en el noreste de Australia–, el cual en los dos últimos años se ha visto severamente dañado por el blanqueo. Una situación que continuará creciendo, en tanto el calentamiento global también continúa incrementándose.