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sábado, 27 de enero de 2018

Las políticas sociales, un enfoque de derechos

Por dianelysllorca

El tema de los servicios sociales está relacionado en gran medida contenido más global que son las políticas sociales para entender las mismas y llegar a una definición de lo que hoy se entiende por política social y su evolución histórica es un elemento fundamental. El término de política social se pudiera considerar bastante apegado al mundo contemporáneo, diferentes autores las han descrito, sin dejar de estar influenciado por el contexto en que están inmersos. Antes de entrar en el análisis propiamente de la definición y evolución histórica del concepto cabe destacar que la Política Social ha sido entendida según cuatro formas: como caridad (concepción caritativa o asistencial), como garantía del control social (concepción estatalista, política), como mecanismo de reproducción social (concepción materialista) y como realización del derecho social de ciudadanía según Alain Basail.

La definición varía según el momento histórico en que las mismas se desempeñaron y las funciones que cumplieron dentro de los diferentes países.

El concepto de política social ha ido cambiando a lo largo del tiempo, al igual que sus discursos: desde el caritativo hasta el discurso de derecho. La puesta en práctica de las políticas sociales ha incidido en los índices de desarrollo humano, tratando de llegar a una mayor equidad social, para disminuir los niveles de pobreza y desigualdad, así como fomentar la justicia social, la seguridad y la mejora de los niveles de vida, etc. Pero es conveniente recordar que las políticas sociales si bien han sido un mecanismo para tratar de erradicar los males sociales, también han servido para mantener el orden social, jugando un papel circunstancial en el control de la sociedad. El poner en práctica las políticas sociales con sus servicios pertinentes no solo es para ayudar y favorecer, sino controlar a esa masa que pudiera ser la que revirtiera un orden social.

Donatti y Lucas en “La Política Social en el Estado de Bienestar: el desafío de los sistemas complejos”, plantean que: “La política social es un campo de estudio, cuyo objeto es el análisis de la acción social para el bienestar”. Por lo que su interés esta basado en la forma de distribución y desarrollo de las políticas sociales, teniendo en cuenta el contexto donde las mismas sean llevadas a cabo.

Para Herrera y Gastón 2003 “las políticas sociales son una forma de organización reflexiva de la sociedad (…) expresan la capacidad de los actores de organizarse mediante continuos procesos de adaptación y desarrollo, se convierte en la lógica explícita e implícita que está detrás del desarrollo y del uso de las instituciones que influencian la creación y dis­tribución de los recursos, del estatus y del poder entre los individuos y entre los grupos sociales en la sociedad.

Las definiciones en cuanto a política social varían y depende esencialmente del contexto social y a los paradigmas a lo que los autores se acojan, Mayra Espina no se aleja de las concepciones anteriores. Centrada en el discurso de derecho de la política social según las leyes, es decir, lo que cada nación considere como derecho, dándole solución a los problemas de los ciudadanos. “(…) el conjunto de programas de acción que, a través del esfuerzo organizado, atiende necesidades sociales cuya solución supera la iniciativa privada, individual y espontánea, y requiere decisión colectiva reglamentada por leyes que garanticen derecho (…) según Mayra Espina.

Exponiendo que las políticas sociales operan en el marco de las relaciones sociales, donde existe una jerarquización de prioridades a suplir dependiendo además que quién las vaya cumplir (institución), es un instrumento para organizar la acción social, como dijeran Herrera y Castón.

Para Cohen y Franco:“La política social, por su parte, además de sus funciones de compensación social y fomento de la cohesión, contribuye al desarrollo económico, sobre todo aumentando la dotación de capital humano de la población, que así estará en condiciones de utilizar tecnología más moderna y productiva”.

Pero además, expresan cómo según las funciones con que cuentan las políticas sociales, estas logran la integración del individuo a la sociedad, también es un instrumento de intervención social, que sin duda alguna va a tener un impacto sobre la población, aunque hacen énfasis en la división de las políticas económicas y sociales, existe una fusión de ambas a la hora de llevarlas a la realidad social, la integración entre ambos tipos o sectores de política es innegable.

Según lo planteado por los autores anteriores, coinciden que la política social es una vía para el control social, pero difieren en la forma de llevarlas a cabo, el papel del estado y la política en el desarrollo y organización de las mismas. Aunque hay puntos de partida en común, como tratar de lograr el bienestar social, la introducción de otros conceptos como desigualdad, vulnerabilidad, inclusión, exclusión, cohesión, pobreza, etc, median según el discurso que se pretenda defender. Muy importante se hace además el papel que las instituciones vienen a plasmar dentro de la implementación de dichas políticas, y como parte de esa implementación están los servicios sociales, que se aplican dependiendo de las políticas.

Entre las opiniones anteriores apreciamos que la política social no solo es una política en la que el actor principal es el Estado, sino que además existen otros actores que colaboran con su ejecución. Además reflejan que las políticas sociales no solo son muestra de funciones económicas, como por ejemplo, incidir en la reproducción de la fuerza de trabajo, sino que también forman parte de una visión más ampliada insistiendo que deben ser parte de una política de desarrollo social dirigida al conjunto de la sociedad y no sólo a los sectores más vulnerables.

La aparición de las políticas sociales según algunos autores está en las leyes de los Pobres en Inglaterra, inicios del SXVII .Pero también otros autores ubican sus inicios hacia SXVIII con la Ilustración, pero no fue en la Alemania de Otto von Bismarck que se marca un verdadero origen de la política social, hasta el SXIX, con el inicio de la política de seguridad social llevada a cabo mediante instituciones contrarias a las caritativas y las de beneficencia. Bismark aplicaría políticas sociales seguras a partir de la Real Polítik que atendería a ancianos, huérfanos, viudas, impulsando instituciones de atención social que permitirá frenar las manifestaciones de descontento ante un gobierno autoritario.

Aunque pudiera parecer que las políticas de Otto von Bismarck fueran alejadas del término caritativo, no fue tan así, ya que dichas políticas suplantaron necesidades de determinados grupos, como pobres, ancianos, en fin necesitados, que de no ser por su posición de desfavorecidos tal vez nunca hubieran podido ser acogidos por esas políticas, por lo que no suplanta el mero asistencialismo. Además, de ser muestra de autoridad y control sobre la sociedad, ya que uno de sus fines era mantener el orden social, precisamente tratando de que las clases en situaciones precarias no resultase un problema para mantener el poder.

Uno de los hitos en la historia de las políticas sociales es el Informe Beveridg (guiado por el modelo social democrático), ya que tuvo gran validez en los países industrializados tras las segunda post guerra, pues después de la Segunda Guerra mundial, mucho de los países implicados en ella quedaron en una condición desastrosa, la población que más sufrió sus efectos fue la de menos recursos, abatida por el hambre, la pobreza, las malas condiciones de vida, etc. Esta situación tuvo como salida de bienestar y de control social las políticas y servicios sociales que se le brindó a la sociedad, como una alternativa a las grandes diferencias sociales que estaban emergiendo en el contexto tras la guerra. Ese informe implica una maximización de la extensión de la idea básica de las políticas sociales como instrumentos estatales para atenuar las desigualdades sociales, además de proveer los mecanismos técnico-económicos que permiten financiar su puesta en práctica; esos mecanismos deben constituir el Presupuesto Social del Estado. Según el Informe 30 Beveridge, el Estado debe garantizar a los individuos un nivel de vida mínimo, asegurando a todos sus habitantes un ingreso suficiente para satisfacerlas y para hacer frente a las principales vicisitudes de la existencia humana: vejez, enfermedad, desempleo u otros casos extraordinarios de pérdida de los medios de subsistencia. Además, la puesta en práctica de la política social implica la idea de igualdad de oportunidades como objetivo posible y deseable de alcanzar; asegurar esa "igualdad" consiste en otorgar a los individuos la capacidad de obtener ingresos que satisfagan normalmente sus necesidades básicas, y bajo el enfoque de derechos.

Se puede apreciar que según las condiciones históricas el discurso asistencialista va cambiando a la par de las necesidades que la sociedad va presentando, después de la Segunda Guerra Mundial la dinámica social da un giro de 180º. Paulatinamente, empiezan aparecer muchos problemas de orden social, muchos de ellos secuelas de la guerra y los que ya existían se acrecentaron: la miseria, el hambre, las migraciones, las diferencias sociales empezaron a amplificarse, por lo que el Estado tuvo que mediante políticas sociales y sus respectivos servicios atender muchos de estos eventos, entonces la ayuda ya no sería solamente por caridad, sino una ayuda por derecho propio de ciudadanía. Además los derechos de ciudadanía estarían impulsados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), que establece los derechos de los ciudadanos a las todas las políticas y servicios que un país pueda ofrecer, sin exclusión por pertenecer a una raza, género, clase social, etc.

Durante las décadas de los ochenta y noventa, la política social fue asistencialista, tomó otro giro en retorno al asistencialismo que implicó un ajuste hacia la focalización, orientada en proveer asistencia social, servicios básicos, completamente insuficiente para lograr un desarrollo social y económico equilibrado. La política social era considerada residual o secundaria en términos de importancia, ya que se centraban en el desarrollo económico como prioridad. En consecuencia, las políticas sociales fueron marginadas, se les otorgó una importancia menor, materializada en una financiación insignificante, a menudo centrada en debilitar los efectos no deseados del cambio económico en vez de avivar activamente un mejor desarrollo social para todos. Este enfoque residual y asistencialista, que ha prevalecido durante más de dos décadas, ha terminado acrecentando las tensiones sociales y el malestar político en un gran número de países.

El discurso de los derechos, es el más profesado hoy, al que se pretende llegar en cuanto se habla de políticas sociales, donde cada uno de los ciudadanos que necesite de la protección de una política social pueda acudir a ella sin limitación como un derecho nacional. El enfoque de derechos sirve como parámetro para establecer de qué modo la oferta de programas y servicios aporta al cumplimiento de los derechos de las personas, y también, para determinar de qué manera la inversión pública y los modelos de intervención aportan a reducir las grietas que afectan a la población, en distintas áreas.

Por lo que las políticas sociales hay que entenderlas en el marco de las relaciones sociales -no solo atribuirles concepciones puramente económicas- , donde se llevan a cabo los servicios sociales sobre una política de derechos de los ciudadanos para poder efectuar su bienestar, teniendo en cuenta que ellas emergen del Estado, pero no se limitan a él; por lo que el mismo va definir, que entender por una necesidad a cubrir, o quien necesita de ellas. La ayuda que pueda recibir una nación, no solo del estado, sino también de sectores privados y organizaciones no gubernamentales, forman parte de la lógica de hoy día en cuanto a política y servicios se refiere.