Un vaso de agua de mar, la bebida más saludabble
Cuánto nos vale un baño de mar en un atardecer soleado y caliente de verano. Algo así no tiene comparación posible. Respirar la brisa marina, relajarse, descansar… La combinación perfecta. Poner los pies sobre la arena y ver el mar es placentero y revitalizador como pocas cosas en la vida. Es infalible, sin dudas, para desconectarse del resto de la vida ruidosa. Sin embargo, poco se conoce a veces sobre las múltiples ventajas que ofrece el agua de mar en el cuerpo, más allá de lo ya descrito y que conocemos muy bien. Es beneficiosa, incluso para beberla.
En China, el agua marina se utiliza desde hace más de 4 000 años. El pionero fue el emperador Fu-Shi, conocido como el padre de la medicina marina. Él recomendaba beber agua de la playa, consumir algas y sales para poder recuperar y conservar la salud.
Y es que sus vitaminas, sales minerales, oligoelementos, aminoácidos y microorganismos, nos benefician a nivel biológico, sanándonos y aliviándonos.
Más cerca de nuestro tiempo, el investigador francés René Quinton descubrió que los componentes del agua marina eran los mismos que están en las células del cuerpo, siendo muy similar al plasma de la sangre.
Por ello es que continuó con su investigación entre 1910 y 1950 junto al Doctor Jarricot, con quién fundó los llamados “Dispensarios marinos”. Allí se usaba agua de mar para curar diversas enfermedades, como el cólera, la tiroides, la desnutrición y los problemas de la piel.
Pudieron así salvar miles de vidas, sobre todo niños. Luego se envasaba el agua del mar y se la denominaba “plasma marino”.
Estos dispensarios fueron también creados en otros países del mundo, como Colombia, Argentina, España, México, Uruguay y Sudáfrica.
Nuevos estudios han revelado que el agua de mar limpia el intestino grueso, da energías, mejora las defensas y desintoxica el organismo. Si los niños desnutridos beben tres vasos de agua de mar por día, desaparecerá su problema y mejorará su salud.
Además, un baño de mar estimula la circulación de la sangre, entregándole a nuestro cuerpo los minerales que hemos agotado producto de nuestros malos hábitos.
Las sales minerales que contiene el mar limpian y exfolian nuestra piel. Junto con el aire marino, el agua de mar ayuda a las personas con dificultades respiratorias.
Es también rica en microorganismos con propiedades antibióticas, antimicrobianas y antibacterianas, fortalece nuestro sistema inmune, reduce el estrés y relaja nuestro cuerpo. El yodo presente en el agua relaja nuestros músculos y el magnesio induce al sueño, ayudando a disminuir el insomnio y reduciendo los síntomas de la depresión.