Estrenamos nuevas neuronas todos los días
Entre los tantos misterios del cerebro humano que la ciencia descifró hace muy poco, está la neurogénesis, un fenómeno que demuestra que nuestras neuronas no se van muriendo a medida que cumplen su función. La neurogénesis no es más que el nacimiento de nuevas neuronas, procedimiento que contradice lo que hasta hace algunos años se afirmaba sobre la muerte lenta de las neuronas que se nos asignaron durante nuestra formación.
Ciertos hábitos y enfermedades van acabando con nuestra reserva neuronal. Beber alcohol, sufrir golpes en la cabeza, seguir una dieta inadecuada, fumar... todo ello conlleva a que cada día perdamos unas cuantas células nerviosas.
Pero, contrario a lo que se pensaba, un equipo de científicos del Instituto Médico Karolinska (Suecia), a partir de la medición del carbono 14 determinó cuántas células se generan al día en el cerebro humano.
El estudio, publicado en la revista Cell, detalla que se hallaron dos pequeñas regiones en las que la neurogénesis persiste durante toda la vida, en el bulbo olfativo y en el hipocampo.
El primero forma parte del sistema de discriminación de olores. El segundo cumple la función almacenar la memoria.
De esta forma se llegó a la conclusión de que cada día se producen unas 1400 neuronas nuevas en nuestro cerebro, y que pasados unos días estás irán migrando a otras partes del encéfalo.
Claro, esa alta tasa de producción va disminuyendo a medida que envejecemos.
En términos generales la mayoría de neurocientíficos coinciden en que este proceso juega un papel en la capacidad cerebral para adaptarse a nuevas experiencias y cambiar con el tiempo.
La neurogénesis en el hipocampo delimita y guarda las experiencias presentes y la memoria, y por eso es fundamental en la formación de recuerdos y el aprendizaje.
El nacimiento de más neuronas en esta parte del encéfalo podría significar una mayor capacidad para unir pasado y presente, es decir, adaptarse mejor a un entorno partiendo de conocimientos previos.
Y al parecer, las neuronas jóvenes ayudan a crear memorias nuevas; las viejas, en cambio, permiten recordar episodios anteriores.
Resulta muy complicado definir exactamente qué situaciones son las que facilitan la neurogénesis y cuáles no, porque cada ser humano tiene vivencias y experiencias distintas.
Para no parar la generación de neuronas y llegar a la más lejana adultez con nuestra mente sana, lo más saludable es llevar una vida lo más limpia posible. La práctica de ejercicio voluntario, la exposición a entornos cognitivamente estimulantes, dormir las horas necesarias, alimentarse adecuadamente y en general las conductas orientadas hacia un objetivo positivo potencian la neurogénesis.