‘Los toros’ no son para los más pequeños
El Comité de los Derechos de los Niños ha recomendado al gobierno de España que prohíba la presencia de los menores de edad en los espectáculos taurinos, así como su educación y formación en escuelas de tauromaquia, con el objetivo de prevenir ‘’efectos dañinos’’ en los más pequeños.
El diplomático egipcio Gehad Madi, representante de la ONU y portavoz de la recomendación, asegura que, a pesar de la misma, el órgano al que pertenece "no está en contra de la tauromaquia en general en España, ya que es un evento histórico y cultural". Sin embargo consideran que esta práctica podría afectar a los niños emocionalmente, así como incidir en otras cuestiones morales relacionadas con los valores como el cuidado a los animales en general.
La edad mínima para ingresar en las escuelas españolas de tauromaquia es 14 años, sin embargo no existe ninguna prohibición general para que los niños acudan a los espectáculos de toros, sino que cada comunidad autónoma tiene su propia regulación al respecto.
Por su parte, como era de esperar algunas organizaciones en defensa de los animales han acogido satisfactoriamente esta sugerencia de la ONU. Por ejemplo, la portavoz del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (Pacma), Laura Duarte, considera que esta es "una noticia muy positiva" que "confirma" algo que "los animalistas llevamos años defendiendo": la tauromaquia "es una actividad violenta de la que debemos protegernos". De igual forma destacó que "a los niños debemos educarlos en la empatía y el respeto por los animales y la tauromaquia encarna justamente los valores contrarios". La presidenta de la ecologista Fundación Franz Weber, Vera Weber, ha manifestado que la ONU ofrece "otro argumento para posicionarnos en contra del espectáculo cruel, violento y anacrónico que supone la tauromaquia, en el que las víctimas no son solo los toros y los caballos, sino toda la sociedad".
Por su parte, la abogada de esa fundación, Anna Mulá, ha destacado que "el principio del interés superior del niño (...) siempre prevalece sobre el derecho de acceso a la cultura", adelantándose a los posibles argumentos que sostendrán los defensores de los espectáculos taurinos.
