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lunes, 30 de abril de 2018

Marandu y su remedio para sanar heridas

Por Aisha

Hoy es enfermero en el sistema de salud británico pero antes, tiempo atrás, fue un niño pobre de uno de los campos de Zimbabue. Ya terminó un estudio piloto con el objetivo de descubrir los usos del azúcar para curar heridas, y en marzo de este año obtuvo un premio de la Revista del Cuidado de las Heridas (Journal of WoundCare) por su traba

Moses Marandu quiere internacionalizar lo que para él fue una sorpresa de su infancia. Rara vez había azúcar en casa, y frotaba sal en sus heridas para que cicatrizaran. Sin embargo, cuando probó con el azúcar, se percató de sus propiedades sanadoras en ese sentido. Ahora, como parte de su labor sanitaria, quiso introducir este método de sanación que puede ser, incluso, muy útil para las personas que no pueden pagar tratamientos con antibióticos, o que estos no causan efectos positivos en alguna lesión.

Marandu propone una solución muy fácil. Poner azúcar en la herida y cubrirla con una venda permite que sus gránulos absorben la humedad, impidiendo la multiplicación de las bacterias. Ya no es una idea vaya, ya Marandu ha demostrado la efectividad del método en varios casos en Zimbabue, Botsuana y Lesotho, incluso en aquellas personas cuyas heridas se han mostrado resistentes a los antibióticos. De esta manera, si su investigación continúa avanzando, Marandu desplegará esta alternativa ante los antibióticos.

Azúcar es fácil de obtener. La misma que se utiliza en casa, aunque Marandu ha corroborado que la que es morena no logra efectos tan positivos como la refinada. La prueba piloto que realizó demostró que en altas concentraciones de azúcar algunas cepas de bacterias no proliferaron, y testigo de ello son los 41 pacientes en Reino Unido que se han sometido a sus ensayos clínicos.

Si el paciente es diabético, no hay por qué preocuparse, insiste Marandu. Está claro que ellos deben controlar su nivel de glucosa en sangre pero él insiste que este método de curación no es peligroso para ellos. Ha explicado en sus conferencias internacionales que aplicar azúcar en el exterior de la herida no conlleva el mismo riesgo que cuando es ingerida.

Lo novedoso del método que propone Marandu es que puede tener resultados satisfactorios en las personas. Es que ya se ha usado el azúcar para sanar heridas en animales, y la prueba de ello es la veterinaria estadounidense Maureen McMichael.

Ella, en el Hospital de Enseñanza Veterinaria en la Universidad de Illinois, no solo usaba azúcar en las heridas de los animales sino también miel, cuyas propiedades para inhibir la proliferación de las bacterias parece ser mayor incluso que las del azúcar.

Mientras, Marandu sueña con abrir una clínica en la que se emplee este método de curación de las heridas, mucho menos costoso e igual de efectivo que los tratamientos con antibióticos. Aspira también a que en hospitales públicos de todo el mundo se ponga en vigor. ¿Por qué no?