La cerveza: más saludable de lo que imaginas
Agua, cebada y lúpulo. Estos son los tres ingredientes que conforman una de las bebidas más populares de todos los tiempos: la cerveza, bebida fermentada de baja graduación alcohólica que, si se consume con moderación, puede tener un importante papel preventivo en algunas enfermedades y aportar numerosos beneficios a nuestro organismo.
De hecho, al contrario de algunas creencias, la cerveza tiene bastante bajo contenido calórico y posee varios nutrientes que hacen que pueda incluirse dentro de lo que conocemos como una alimentación saludable y se integre en la dieta mediterránea, tal y como señala Jesús Román Martínez, destacado profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y presidente igualmente del Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.
Por consumo responsable el experto indica que este no exceda las 2-3 cañas de cerveza para un varón adulto al día y 1 o 2 para una mujer. Además, la ingesta no debe ser acumulada en determinada ocasión, como los fines de semana.
Por sus ingredientes la cerveza es un alimento bastante saludable. Román indica que contiene diferentes sustancias muy nutritivas como son las vitaminas del grupo B y contiene un ligero porcentaje de carbohidratos y de alcohol.
Los minerales también están también presentes, especialmente el magnesio y el calcio, aunque varían dependiendo del agua con la que se fabrica la marca en sí. Asimismo, contiene otras sustancias no nutritivas, pero también importantes para la fisiología del organismo humano, como son la fibra y los antioxidantes, que provienen del lúpulo que se añade a la cerveza durante su elaboración para darle ese toque amargo.
La cerveza también ayuda a prevenir los infartos. Bajo esta premisa se puede resumir uno de los efectos que tiene el consumo moderado de cerveza para nuestra salud. Podría evitar la oxidación de las células, aumentar la cantidad de colesterol bueno y proteger nuestro corazón frente a lesiones miocárdicas agudas asociadas al infarto.
Las evidencias científicas destacan que beber cerveza se vincula también a un menor riesgo de sufrir cardiopatías isquémicas, favorece la función cardiaca global y podría tener otras cualidades antiinflamatorias que contribuirían considerablemente a la reducción del riesgo cardiovascular.
